miércoles, 24 de julio de 2019

Sobre la pobreza.



En los últimas tiempo, el mundo ha estado experimentado profundas transformaciones socioeconómicas, político culturales que han dado lugar a  realidades que difieren mucho de lo que es deseable para la humanidad. Los impactos en términos de la distribución de la riqueza social dan cuenta la desigualdad y la exclusión existente.

Las diferencias entre sectores sociales son cada vez más profundas, la pobreza se hace más notoria con la mala distribución de los recursos y las oportunidades, mostrando claramente la desigualdad en cuanto a los privilegios de los que algunos pocos gozan, mientras que la privación es la condición de vida de la mayoría de la población mundial.

Así las cosas, la justicia social es meramente un conjunto de conceptos que muestran que la pobreza es “algo natural” por la carencia de ingresos.

La pobreza es “la concentración de desventajas y obstáculos crecientes” que enfrentan muchos residentes de áreas desprotegidas, para superar su situación. Desigualdad es sinónimo de pobreza, mostrado en la calidad de vida de las comunidades.

En las ciudades con poblaciones numerosas se hacen más notorias las desigualdades socioeconómicas entre clases, las brechas sociales se han agudizado y son cada vez más evidentes. Esto es muy notorio en la manera de urbanizar en una ciudad de profundos contrastes: por ejemplo en Bogotá; a la par se ven zonas residenciales de alta exclusividad donde solo habitan de 2 a 3 personas por vivienda, y a pocos kilómetros se expande la concentración de pobreza mostrada en casas de lata y de cartón, o apartamentos de escasos 40 metros cuadrados, donde se hacinan grandes cantidades de personas; el sur sigue siendo el área de mayor concentración de la pobreza en la ciudad.

Esta pobreza y desigualdad se hace más evidente en la valoración del trabajo y en la educación que reciben las personas que moran estos cordones de pobreza, anulando así cualquier expectativa de mejoramiento futuro.

Las relaciones interpersonales, las fuentes de apoyo, la inseguridad y violencia, el acceso a servicios, y el uso del tiempo libre son indicadores de descomposición social en estos lugares; todo esto ha contribuido a la fragmentación urbana. La interacción social entre las clases privilegiadas y los sectores populares es casi nula, evitando el encuentro con el otro, dominada por la desconfianza, la estigmatización y el miedo.

Recuerdo que no hace muchos años en mi pueblo, la pobreza tenía un carácter más social, los pobres se destacaban por su creatividad para ganarse la vida en cualquier trabajo. Pero los cambios de estrategia y las profundas transformaciones hechas por los gobiernos, fueron generando un contexto más hostil para los pobres urbanos.
Las clases trabajadoras se han ido convirtiendo en islas de precariedad, se fue evidenciando la falta de formación para el trabajo, las brechas en la provisión de servicios públicos, educación y salud, entre las diversas áreas de la ciudad son cada vez profundas. Los modos de vida urbanos y rurales no sólo son experiencias “diferentes”, sino expresiones de una fuerte fragmentación y desigualdad.

Recuerdo haber asistido a la escuela pública primaria como a la secundaria, donde estudiaban los hijos de todos, tanto del pueblo como del campo. Allí era normal hablar con el hijo del alcalde, del médico, del abogado como del campesino de donde yo venía; lo que me permitió ver la vida más amplia de lo que la conocía, y esto estaba bien visto. Todo esto es determinante en las posibilidades de acceder a mejores niveles de vida.

En algún momento de la vida todo cambio para mal, las familias más acomodadas enviaron a sus hijos a estudiar a escuelas privadas, se pasaron a vivir a conjuntos cerradas, y dejaron al pobre sumido en el abandono. Ahora no hay manera de ser amigos el uno del otro, las posibilidades de encuentro se redujeron a una mirada por encima de las barreras, o en casos más tristes, por encima del hombro.

Las expectativas sociales de los sectores más desfavorecidos, centradas en el empleo, comenzaron a debilitarse, desalentando aspiraciones educativas y laborales, debido a las escasas oportunidades de mantener un empleo digno.

Con estos elementos se alimenta y crece cada día la pobreza en el mundo.

Con la Corrupción, las Desigualdades en el reparto de recursos, el Modelo comercial multinacional, el Crecimiento desmedido de la población, los Conflictos armados, las enfermedades y epidemias creadas por el hombre, el Cambio climático, el Despilfarro de alimentos y el Desinterés de los países desarrollados por acabar con la pobreza.

En el mundo, 1.400 millones de personas sufren pobreza extrema y casi 900 millones sufren hambre, no tienen acceso al agua potable y a otros servicios básicos como la salud y la educación. El sistema está diseñado para mantener a las personas esclavas, por medio de las deudas y de la ignorancia; los ciudadanos están atados tanto económicamente como mentalmente a la estructura organizacional del mundo material económico, por intermedio de la pobreza. 

Existe mucha manipulación por parte del sistema educativo para que las gentes no aprendan a defenderse en la vida sin depender de un empleo o de una organización que lo provea.

La fuente de inspiración de las personas está basada en las leyes que les dicta el marketing moderno, estas fueron creadas para acentuar la discriminación en tiempo real, tanto como la desigualdad en la dignidad humana. Por ejemplo; si tú no tienes el dinero para pagar un auto elegante, un Smartphone de alta gama, no perteneces y punto, “solo serás alguien” cuando lo poseas, y esto te induce a hacer el mal.

La pobreza en el mundo es generada y promovida por los malos gobiernos; las malas leyes que amparan la corrupción, van siempre en contra de los pobres y a favor de la pobreza.

Una lucha frontal contra la corrupción traería oportunidades a las familias para obtener una mejora económica, junto a un ingreso mejor, se estimularían las habilidades y destrezas para desarrollar actividades productivas independientes.

La etapa de formación en las periferias donde se concentran los sectores más desfavorecidos es paupérrima. Pareciera indicar que las opciones para mejorar en estas zonas de bajos niveles educativos, precariedad laboral, desempleo, deficientes condiciones de vivienda e infraestructura, etc., son casi imposibles.

La relación entre pobreza y bajos logros escolares es parte de un ciclo mayor en el que las desventajas familiares son transmitidas de una generación a la siguiente. Los bajos ingresos en la vida adulta se asocian con indicadores de pobreza durante la infancia, pobre desempeño escolar y escaso capital cultural de los padres para estimular a sus hijos a permanecer en el sistema escolar.

Conclusión  

-          La pobreza es más una resultante de la falta de oportunidades en aquellas comunidades de escasos recursos económicos, que la misma falta de dinero.   
-          Los procesos educativos y las experiencias de mejoría en las personas de escasos recursos son contrarias, la relación entre educación y pobreza se contraponen, para un persona mal alimentada, física y mentalmente, no hay manera de que permanezca en una escuela por mucho tiempo.
-          Los pobres en el mundo generalmente son la clase trabajadora, y sus hijos no van a la escuela, lo que significa que sus nuevas generaciones continuaran siendo los pobres de nuestra sociedad.
-          La pobreza y las oportunidades educativas desiguales están inexplicablemente unidas, y las perspectivas de vida de los niños reflejan las desventajas de sus familias.  
-          Somos una sociedad "que permanece inmune a las necesidades ajenas”, incluso a medida que la brecha de riqueza/pobreza se ensancha cada vez más.

Jesucristo dijo: A ustedes se les ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos; pero a ellos no. Al que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Por eso les hablo a ellos en parábolas: »Aunque miran, no ven; aunque oyen, no escuchan ni entienden.
“Por mucho que oigan, no entenderán; por mucho que vean, no percibirán. Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han embotado los oídos, y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón y se convertirían, y yo los sanaría.”

Jesucristo te ama y e bendice.

JoseFercho ZamPer.

martes, 16 de julio de 2019

Sobre el perdón y la gratitud



Cuando pasamos por momentos difíciles, es cuando nos damos cuenta de las muchas falencias que hay dentro de nosotros.

Ya han pasado dos años del deceso de mi amada esposa, durante ese tiempo he podido ver en mí, mucha dependencia, soledad, tristeza, culpa y falta de amor.

En un principio mantuve una actitud triste y silenciosa, salía solo a caminar al campo, fui a varios lugares a donde habíamos estado juntos, y volví a los centros médicos donde la atendieron, en busca de sanidad y paz espiritual. Tratando de perdonar todo aquello y a quienes de cierta manera culpaba de mi situación.

Después de un par de meses retomé mis actividades laborales, reingresé a un grupo de caminantes con quienes salía los fines de semana a distintos lugares, parecía que las cosas marchaban bien. Pero lo extraño era que no sentía alegría dentro de mí, al mirarme en algunas fotos de los lugares a donde fui, me notaba cabizbajo y un tanto ido.

Como cristiano me esfuerzo por obedecer al Señor, entonces, oraba y le entregaba todo lo que veía y sentía en mi ser; poco a poco notaba algo de mejoría. Lo cierto es que, con frecuencia pasaba por tiempos de llanto y tristeza profunda, como cuando no se sienten razones o expectativas de una vida mejor.

Intensifiqué entonces mi tiempo de oración, de lectura bíblica y dedicaba tiempo a solas en busca de la paz de Dios, prácticamente he estado viviendo en el campo casi a solas por más de un año. Aunque estas actividades me han ayudado bastante, aun no sentía la libertad de antes, o la paz que da alegría en el corazón; y en verdad me estaba cansando de las actividades en busca de compañía o de sentirme bien con otros. Comencé a sentir que las caminatas no aportaban alegría a mi ser, y contrariamente me estaban volviendo malhumorado y solo, aunque acompañado.  

En todo este tiempo he soñado muchísimas veces con mi esposa, al punto que sentía estar viviendo dos vidas a la vez, una de día, donde estaba viudo y con hijos grandes viviendo aparte, en otra ciudad; la cual es la vida real. Y otra de noche; donde estaba casado con hijos pequeños y con mi esposa, donde todo era como años atrás. En esta vida nocturna, yo trabajaba y veía de ellos, pero en muchas ocasiones me daba cuenta de que eso no era real, que era un sueño; en esos momentos le preguntaba a mi esposa que si acaso ella no había muerto.

Recuerdo que la primera vez que soñé con ella fue al mes de fallecida, en el sueño, yo iba caminando por la calle y me entró una llamada al celular, y era mi esposa; me saludó y me dijo; “hola, mi amor”, ¿por qué me tienes abandonada? Yo, medio asustado le contesté, ¡como que, abandonada, ¿acaso usted no está muerta? Y me dice: como que muerta, si yo estoy en Bogotá, y usted me dijo que me quedara aquí y que me enviaba dinero para mis gastos. Al instante me desperté perplejo, sin comprender si era un sueño o una pesadilla. Luego de ese sueño, todos los demás eran como si viviéramos juntos, como que nada había pasado. Así pasaron como año y medio, a tal punto que en verdad me comencé a preocupar de mí.

Comencé a averiguar sobre el tema en internet, hasta consulté con un par de psicólogas, en realidad, seguí sin respuestas claras. Lo cierto es que en oración le expuse el asunto a Dios, con clamor y ruegos que me liberara, a tal punto que los sueños tomaron un rumbo más claro, ya ella me hablaba algunas cosas que me mostraban lo que pasaba. Entonces comencé a alabar y a bendecir a Dios por las enseñanzas, y a exponerlas en oración; al punto que hace un par de meses, en un sueño ella se despidió de mí, se subió a un bus y me dijo que ya no volvería más, que se iba del todo; yo le dije ¡en serio ¡ y me respondió, Sí, es en serio. No he vuelto a soñar con ella en esos términos.

Acercándose el día del año dos de su partida, pensaba dedicar un par de días a solas en oración, y por alguna razón estando en el campo a solas, vi una película llamada “más allá de los sueños”, y en verdad que me impactó en lo más profundo el pasaje donde el esposo le pide perdón por todas las situaciones de la vida en pareja, y le agradece por todas las situaciones a su esposa. Esto me llegó al corazón como una respuesta de Dios para mi vida, entonces, después de llorar por milésima ves, me he dedicado a hacer eso mismo, solo  que lo estoy haciendo por medio de Jesucristo, diciendo: “Gracias Señor Jesucristo por mi esposa, por… y digo cada situación por la cual agradezco, igualmente al pedir perdón; agradezco y pido perdón diciendo, Señor Jesucristo a través tuyo le pido perdón a mi esposa, y la perdono por… te agradezco a ti y a mi esposa por… Pues fue Dios mismo quien me dio esposa y quien se la llevó.

Esto desde hace unos diez días que estoy haciéndolo, y hoy siento una paz y un gozo maravilloso, al punto que en este día estoy escribiendo este tema como una alabanza a Dios y a ella, consciente de que hoy se cumplen dos años.

En verdad puedo decir que me siento libre en mi mente y con paz en mi corazón.

Muchas veces creemos que como no golpeamos o insultamos con palabras de grueso calibre a nuestros seres queridos, no es necesario pedirles perdón, o ponernos en paz con ellos, sobre todo cuando están vivos; pero en realidad lo puedo comprobar con todo lo vivido después de la partida de mi esposa de este mundo, que es supremamente importante el perdonarnos en vida y a cada instante, cualquier desacuerdo u ofensa, lo mismo que agradecer por cualquier cosa vivida. Estar en paz con Dios y con los seres humanos, es mandato de Dios. Amarnos los unos a los otros como Dios nos ama, es la mejor manera de estar preparados para cualquier dificultad de la vida en la tierra; principalmente para la partida de nuestros seres amados.

Perdón y gratitud
Dos poderes de las profundidades del corazón, dos regalos divinos para crear tu persona y tu existencia. Dos bendiciones para tus hermanos y el mundo.

Son también la expresión de las virtudes que nos permiten deshacer todo lo malo y multiplicar todo lo bueno.

Nos permiten hacer las paces con nuestro pasado: aprender de él y trascenderlo. Nos permiten vivir alegres el presente y sembrar las semillas de un futuro más luminoso.

La gratitud.
La gratitud es un acto de reciprocidad que nos acerca, que nos une.

La gratitud tiene un impacto maravilloso sobre nuestra salud y la calidad de vida. La gratitud se considera una capacidad desarrollable, la cual podemos ir aprendiendo.

En todos los momentos del día, vivimos pequeñas y grandes maravillas, el logro de algo que nos hemos propuesto, un regalo o una sensación agradable brindada por cualquier persona, los hijos, la esposa y cualquier miembro de la familia; todo es un motivo para estar agradecidos tanto con ellos como con Dios, quien nos permite vivirlos.

No nos conformemos sólo con pensarlo, digámoslo con alegría a cada persona, en cada momento del día, seamos agradecidos con todos y con todo lo genial de las personas y las cosas en este mundo. Cada momento de la vida está lleno de valiosas enseñanzas, y cada persona que lo hace posible es digna de gratitud.

¿Eres consciente de todas las cosas buenas que Dios te ha dado?
Un corazón agradecido está lleno de alabanza a Dios, sobre todo ante su amor, que es incondicional y eterno. La gratitud a Dios no solo es entre él y yo, es algo comunitario, que se expresa en la congregación de los fieles con alabanzas a Dios.

Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre. (Salmo 100:4)

También agradecemos a Dios aun en medio de dificultades, pues; Sabemos que todo lo permite Dios para bien de los que lo amamos. (Romanos 8:28)

Mantengamos nuestro espíritu atento a la presencia y la bondad de Dios y no dejemos de darle gracias. Y seguiremos adelante confiados.

La Biblia nos recuerda que la voluntad de Dios es que seamos agradecidos. Dar gracias a Dios porque somos sus hijos, por lo que tenemos, por lo que hacemos y por lo que logramos cada día. Eso nos da libertad y nos permite apreciar todas las cosas, al mismo tiempo que fortalece nuestras vidas, tanto interna como externamente.

Se ejercita la fe dando gracias por todo y en toda circunstancia.

¿Le has dicho a tu pareja lo agradecido que estas con ella?
La gratitud se expresa claramente como un detalle de amor por el otro. No permitas que tu vida sea una rutina, se trata de convertir cada momento en una oportunidad para ser feliz, no sólo en las cosas grandes y notorias.

El Perdón
A todos nos han ofendido alguna vez, y sabemos lo que se siente, y en ocasiones esto genera rencores en el corazón.

El perdón es sanador, cuando perdonamos nos desprendemos del pasado para sanar el presente. El perdón es un “don perfecto”, que beneficia tanto a quien lo da como al que lo recibe. La gracia de perdonar procede de Dios.

Cuando se pide perdón se reconoce una falta que no puede ser excusable y a un culpable.

La vida de Jesucristo se desarrolló en torno al perdón; su ministerio fue fundamentalmente de reconciliación. Vino para que recibiéramos el perdón de Dios pues sin amor ¿quién puede ser feliz?

Perdonar al prójimo
El mejor de los caminos para la sanación es orar por las personas que nos han causado algún daño, esto nos reconcilia con las personas y con Dios.

Perdonarse a sí mismo
Hay una gran cantidad de cosas que han hecho que tengamos rencor hacia nosotros mismos. Cuando pedimos perdón a Dios por nuestros pecados, el Señor nos perdona y borra, quita, elimina de delante de Él, toda nuestra maldad.

El perdón no es un sentimiento sino una decisión, hay que tomar la decisión de hacerlo por encima de nuestros sentimientos.

Cuando se toma la decisión de sacar del corazón todo lo que hay acumulado allí, se libera de una carga pesada y se camina con libertad.

Al pedir perdón se libera del sentimiento de culpa y al perdonar se permite la reparación de la relación, generando la reconciliación.

Al reconocer nuestras faltas de manera explícita y concreta expresamos lo importante que es para nosotros la otra persona.

Beneficios del perdón.
Al dejar atrás el rencor y el resentimiento se mejora la salud y la paz mental. Perdonar es la manifestación más alta de amor, es lo que más transforma el corazón humano. El perdón trae aceptación de sí mismo dando paz interior, es liberador, enseña a pensar bien y hablar bien de los demás, a descubrir y alabar lo bueno y disculpar lo malo del otro.

La paz del corazón es la única paz que trae la felicidad, y esa paz del corazón es un don de Dios. Deja esa carga pesada en las manos de Dios y se libre de toda tristeza, de toda amargura, de todo lo que no te deja avanzar ni crecer.

La mejor forma de relacionarnos adecuadamente con los demás es perdonando todo lo que no nos agrada del otro, y agradeciendo lo que si nos gusta. Es necesario amar a las personas tal y como son, sin juzgarlos.

El amor verdadero nace de Dios, y nos capacita para amar a los demás. Sana tu corazón y el de tus hermanos, embellece tu vida y tu mundo. Perdona y agradece: a Dios, a la Vida, a tus padres, hermanos, hijos, abuelos, primos, sobrinos, esposos, amigos, compañeros, conocidos.

El perdón no solo trata de dejar una experiencia dolorosa en el pasado. La importancia de este radica en que sea un correctivo hacía el futuro, es decir, una forma de comenzar de nuevo la relación interpersonal con el otro. El perdón reconoce esta condición del hombre y le permite volver a iniciar algo nuevo en las relaciones con los otros.

Por medio de Jesucristo estamos en paz con Dios y con nuestros hermanos. A través del perdón y la gratitud hacia todos.

Jesucristo te ama y te bendice.

JoseFercho ZamPer

jueves, 11 de julio de 2019

Sobre el elogio.

“Si logramos poner bajo control a la bestia machista que hay dentro, viviremos felices”
  
El otro día, me encontré con una amiga de uf, hace muchos años; y de dentro de mí salieron estas palabras al momento de saludarla. “Mujer, cada vez que te veo estás más hermosa”.

De lógico, hubo sonrojos y nerviosismo, pero luego todo fue más tranquilo; ella era casada, y a la vista de los amigos la cosa se veía muy distinta a como yo lo sentía. Fue algo espontaneo, que me nació decir, pues era verdad, además hacía tiempo que no la veía…

El elogio es el reconocimiento de los méritos o cualidades de una persona mediante palabras favorables.

A los hombres machistas, que somos la mayoría, nos parece que hacer un elogio, o decirle palabras agradables a la otra persona, implica algún compromiso casi sexual. En el caso contrario, decir palabras soeces o denigrantes, muestra que la otra persona no nos interesa para nada en lo sexual. Pero en realidad, creo que esa incapacidad afectiva de agradar a los demás, demuestra un temor mucho más grande que nuestra masculinidad, un gran vacío emocional afectivo, que no queremos que el otro vea.

La sociedad actual es tan machista como la de hace cientos de años, somos machistas ancestrales, tanto por herencia como por cultura.

La mujer de hoy, se considera muy feminista, o defensora de la mujer. Aunque el feminismo ha existido desde siempre, ha sido tan solo un sueño moldeado por siglos de prepotencia machista dentro de la misma mujer. Porque creyéndose libre del hombre, o sin necesidad de él, se unen entre ellas para atacar al hombre, pretendiendo hacer valer sus derechos por encima del de los hombres. Y esto es “machismo”, lo que ellas dicen rechazar.

Igual que los hombres machistas, estas feministas quieren que su pareja sea; dulce y sumisa, de frases amables y con una sonrisa de condescendencia, que siempre sean  correctas, que elogien y celebren sus bobadas.

Por eso es que cuando la otra persona es quien nos elogia, o expresa su sentir frente a nosotros, nos sentimos inseguros. Muy seguramente la fuerza bruta ha sido el poder de los meros machos, pero ya es hora de usar la cabeza para ordenar la vida, principalmente la emocional.

Cuando se carece de visión espiritual, la forma de enfrentar la vida es solo carnal o natural, se busca la fuerza interior para seguir adelante, pero a duras penas se logra, porque las incapacidades emocionales lo impiden. Los seres humanos terminamos adoptando ese estilo de vida tan superficial, en un mundo obsesionado por los “amadores de placeres”.

Ahora bien, como cristianos debemos servir a Dios con seriedad y alegría, valorando al otro como a nosotros mismos, eso es amor.

Seamos equilibrados. Todos debemos tener una opinión equilibrada de nosotros mismos y no darnos demasiada importancia.

El sentido del humor es de gran ayuda en todo momento, sobre todo cuando tratamos con los demás.

Es bueno reír con quien ríe, y llorar con quien llora, (Romanos 12:15), esto es muy distinto hacer lo que otros hacen solo por congraciarse con ellos; porque fuimos llamados a edificar y construir.

A quién no le gusta que lo elogien.
Qué persona se va a sentir mal porque le digan;
¡Que agradable es charlar contigo!
¡Excelente trabajo!

Mas el que se gloría, gloríese en el Señor; porque no es aprobado el que se alaba a
Sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba. (2 Corintios 10:18).

Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. (Mateo 25:22-23).

A quien no le cae bien que le agradezcan por su labor.
“Gracias por sus palabras, por su consejo, por ayudarme a mejorar.”
“Por ayudarme a trabajar, a hacerlo aún mejor.”

Debemos diferenciar entre un Elogio y la Zalamería.

Muchos de nosotros  hemos pensado que nadie ve los esfuerzos que hacemos por los demás: como empleados pensamos que el patrón no valora nuestro trabajo; como casados consideramos que nuestro cónyuge no nos valora como debería, como hijos se piensa que, haga lo que haga, nunca se estará a la altura de lo que esperan de ellos.

¿Porque se da todo esto? Con seguridad, porque nadie quiere expresar una palabra de aliento para el otro, no se está dispuestos a elogiar lo bueno de la otra persona, en cambio, sí estamos prestos a criticar cualquier falta en la que incurrimos. Esa es la falla.

Oír alabanzas sinceras no es lo normal en el mundo de hoy, cosa que no sorprende, porque cada día el ser humano es más inhumano.

También puede ser por lo que dice la biblia sobre la impiedad, en:

2 Timoteo 3:1-5. Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios. Aparentarán ser piadosos, pero su conducta desmentirá el poder de la piedad. ¡Con esa gente ni te metas!  

Si tú has tenido la fortuna de recibir un elogio sincero, entonces sabes por experiencia lo mucho que reconfortan y animan esas palabras, sobre todo cuando provienen de personas ecuánimes; igual ocurre cuando te llaman la atención por algo equivocado que hiciste, igualmente es un agrado saber cuánto te aprecian, pues solo quien te aprecia busca corregirte.

El otro día, otra amiga me dijo: “deja tu mal genio”. Y le he agradecido por ese detalle varias veces, pues es algo muy bueno para mí, el mejorar mi forma de ser.

Exaltemos lo bueno del otro.

Dios no anda a la caza de nuestros errores; si así fuera, ninguno podría “estar de pie” delante del Señor.  

Salmo 130:3. Si tú, SEÑOR, tomaras en cuenta los pecados, ¿quién, SEÑOR, sería declarado inocente?

Debemos actuar como el minero que remueve pacientemente montones de rocas en busca de piedras preciosas y, cuando encuentra una, se llena de felicidad. Una piedra en bruto puede parecer insignificante; pero cuánto se talla y se pule, alcanza un gran valor.

Del mismo modo, cuando miremos a los demás, en vez de centrarnos en sus defectos, miremos como Dios nos ve, y busquemos sus virtudes, y al hallarlas, elogiémoslos.

Nuestras palabras ciertamente animan o desaniman, todo depende de lo que se esté buscando.

Proverbios 15:1. Dice: Una respuesta amable apacigua el enojo, pero las palabras ásperas, encienden los ánimos.

Jesucristo te ama y te bendice.

JoseFercho ZamPer

miércoles, 10 de julio de 2019

Un llamado al arrepentimiento.




En el mes de julio el Señor me dio un mensaje a través de un sueño, y me dijo: hijo mío, usted está metido en un asunto que no le concierne, pero no te preocupes por eso, que yo estoy contigo y te sacaré victorioso.

Mas tú me alegas diciendo: “¿Señor, hasta cuando tengo que soportar que me pisoteen y menosprecien, acaso, todavía no ha llegado el momento para exaltarme? ¿Cuánto más tengo que soportar?

Entonces el Señor me respondió, ¡Mira lo que te está pasando! Has trabajado mucho, pero ganas poco; comes, pero no quedas satisfecho; bebes, pero aún tienes sed; te abrigas, pero sigues con frío. Tus ganancias se desaparecen, ¡como en un barril sin fondo!

¿Por qué? Porque tu vida está en ruinas, dices Señor, Señor, mientras te ocupas solo de lo tuyo, y a mí, me dejas de lado, y solo me llamas cuando estas metido en líos. Y eso que dices, que yo soy tu Dios.

Entonces, hijo mío, si en verdad quieres ser bendecido; obedece mi palabra. «¡Yo estoy contigo, conozco bien tu caso, has lo que te mando y veras mi gloria!». El dinero y toda riqueza es mía, dice el Señor.

Los habitantes de la tierra pecan una y otra vez, más nunca se arrepienten de corazón, por tal razón es que viven con tantos conflictos.  

Rompieron el pacto de paz con sus hermanos, persiguen a sus parientes y amigos sin compasión, son implacables en su enojo.

Rechazaron la instrucción del Señor y se negaron a obedecer sus decretos, se han descarriado con las mismas mentiras que sus antepasados usaron para engañarse.

Tanto el padre como el hijo se acuestan con distintas mujeres y así profanan mi santo nombre.

Sus fiestas religiosas son utilizadas para comer y embriagarse hasta perder el juicio, y lo hacen con dineros mal habidos. De tal suerte que, los problemas los acosan como un torbellino en una tormenta impetuosa.

Y después gimen y lloran de vergüenza, más no podrán escapar, aunque corran velozmente. El más fuerte se vuelve débil, ni siquiera los más poderosos serán capaces de salvarse.

Entre todas las personas de la tierra, solo con unos pocos de ustedes he tenido una relación tan íntima, por eso debo corregirlos.

¿Pueden dos caminar juntos sino se ponen de acuerdo adónde ir?

¿Cae un pájaro en una trampa si no tiene cebo?

¿No debería yo, estar alarmado por todo eso? Obvio sí.

Óiganme ustedes hombres que la pasan bebiendo y comiendo, ustedes mujeres, que les gritan siempre a sus esposos: llegará el día cuando serán enganchados de sus narices, como un pez al anzuelo, serán expulsados de sus fortalezas. Dice el Señor.

Por lo tanto, vuelvan a buscarme, ¡hagan lo bueno y huyan del mal para que vivan!
Entonces el Señor Dios será su Victoria.

Y llegará el día —dice el Señor— cuando el fruto de su trabajo será más abundante, que el de tierras lejanas; y nunca más serán despojados de todo lo que yo les di», afirma el Señor tu Dios.

Jesucristo te ama y te bendice.


JoseFercho ZamPer.

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