viernes, 27 de febrero de 2015

POR LA FE...

Gozamos de  buena salud, tanto física como mental.

En medio de las dificultades siempre mantenemos un alto deseo de vivir y de salir adelante.
Tener fe es bastante complejo, debemos mantener un deseo firme de aprender, de crecer, de salir adelante, para ser aprobados.

El compararnos con los demás no nos dará fe, debemos poner la mirada en Jesucristo el autor y perfeccionador de la fe.

Necesitamos tener una mirada positiva sobre la vida, y dar lo mejor de nosotros para así recibir lo mejor del otro.  Mientras estemos en búsqueda de Dios, todo irá mejorando.
Dios es perfecto y desea que yo también lo sea, por tal razón, mientras busco conocerlo su fe y su amor crecerá en mí y me irán perfeccionando cada día.

Por medio de la fe podemos ver lo bueno de la vida,  lo bueno que hay en el otro, y lo bueno de cada situación diaria de nuestras vidas, pues “todo lo permite Dios para bien de quienes le aman”.
La persona que tiene fe, se mantiene de buen ánimo, de buen humor, es perseverante y siempre sale fortalecido de las pruebas. La fe nos lleva a tener éxito en lo que emprendemos, nos cuida de ser engañados por cualquier viento de doctrina.
La fe no se hereda, solo en Jesucristo la podemos hallar, por eso tenemos que buscarlo a él, para así poder tener fe.
Si hemos sido formados en medio de creyentes, es más fácil llegar a creer, por eso la necesidad de congregarnos con los hermanos en la fe.

Los creyentes en Jesucristo, también pasamos dificultades, y tenemos problemas, pero estos nunca nos derrotarán, por medio de la fe logamos vencer las dificultades y alcanzar la victoria.
Siempre saldremos fortalecidos de nuestras pruebas, ya que a través de las pruebas podemos examinar nuestro corazón y nuestras intenciones delante de Dios.

Tener fe no significa que tenemos todo lo que queremos, sino que tenemos a alguien a quien ir para hallar alivio a nuestras  necesidades. Alguien que ya lo hizo todo por mí, que me ama y tiene lo mejor para mi vida.
La fe no está en contra de la realidad, sino que la transforma, cambia lo malo por lo bueno, nos lleva a ver nuestros errores y a cambiar. La fe nos enseña a amar y a ayudar a quien lo necesita.
La fe se basa en la confianza, por eso necesitamos creer y confiar en Dios aun cuando no entendamos su forma de obrar.

Por medio de la fe puedo ver el bien, la luz y todo lo bueno que hay en la vida, a pesar de que otros solo vean oscuridad y dolor.
Cuando las cosas están bien, nos es fácil decir que tenemos fe,  pero en los momentos difíciles es cuando verdaderamente sé, si tengo o no tengo fe, ya que solemos confundir la fe con el optimismo.
Debemos buscar siempre la aprobación de Dios y no la de los demás o la mía, en cada situación de la vida.

No debemos tomarnos los problemas como algo personal, sino como una oportunidad que nos da Dios para crecer, para aprender y para ganar.

A través de las dificultades de la vida nos hacemos más grandes y fuertes en la fe de Jesucristo, ellas son quienes prueban nuestra fe, y nos despojan de lo vano.
 Debemos cuidarnos de la vanidad y del orgullo que acosan a los seres humanos cuando alcanzan algún logro, muchas veces los resultados positivos nos llevan a creernos más de lo que somos.
La fe no es para mostrarle resultados al mundo sino para crecer en Dios, pues en la hora de la prueba es cuando necesitamos la fe.

Tener fe no supone imaginar que todo está bien, sino centrarse en Dios y en su obra a favor nuestro. Y partiendo del favor de Dios por nosotros, podemos transformar nuestra realidad en la verdad de Cristo.
Nuestra actitud ante los problemas de la vida debería ser siempre la actitud que tuvo Jesucristo ante los problemas, “tranquilo yo ya vencí”.

Por ejemplo, ante un problema por grave que sea, debemos tener una actitud de fe y decirnos: aunque el problema es grave, nos tenemos que esforzar, darlo todo, (orar, ayunar, buscar soluciones y trabajar), hasta lograr dar solución a las dificultad.
La fe no es solo esperar que Dios haga, o decir que todo está bien, el Señor necesita que sus hijos tomemos acción sobre el asunto para poder cambiar las situaciones a favor de los que lo buscan.

¿Qué razón hay para que otros tengan fe y yo no?
Existe una especie de miedo a ser un verdadero creyente, a tener fe, a comprometernos con Dios.
Las iglesias se llenan de gente, pero después de mucho tiempo, las personas siguen con los mismos problemas y dificultades con las que llegaron a Dios.

¿A qué se debe?
Somos tan orgullosos como para buscar ayuda en quien quiere y puede dárnosla, nos sentimos sobrados y nos valemos por nosotros mismos, o tenemos tanto miedo de mostrarnos como somos que preferimos escondernos en nuestros propios temores y facazos.
Para salir victoriosos necesitamos de Dios y de nuestros hermanos, enfrentarnos a la vida con todo lo que Dios nos da, y no solo con lo que tenemos.
Creer en Dios no es buscarnos un ayudante para sacar adelante nuestros planes, sino que es entregarnos a Él para hacer su voluntad.

Necesitamos humildad para buscar ayuda en Dios. 
No tomemos decisiones a la ligera, esperemos la respuesta de Dios, todo lo bueno de la vida requiere tiempo y esfuerzo, y la fe es la alegre manifestación de Dios en nuestras vidas.
Por la fe las dificultades dejan de ser una carga y se convierten en la universidad de la vida, dándonos verdadera experiencia para triunfar.

Somos el resultado del amor de Dios, su mayor obra, pero para vivir como hijos tenemos que tratarlo como nuestro padre.

Por medio de la fe puedo tomar lo bueno y desechar lo malo de este mundo, de cada situación de la vida, pues en Cristo Jesús somos más que vencedores.
Si cambiamos nuestra vieja manera de pensar y adquirimos la nueva de Jesucristo, cambiara nuestra manera de vivir.

Por la fe vamos siempre hacia adelante en la vida, nos permite ver las soluciones a las dificultades, pero siempre será nuestra elección, siempre dependerá de que tome la decisión de escoger a Jesucristo como mi solución.

Por la fe aceptamos la realidad como es, vemos tanto lo bueno como lo malo y de ahí partimos para dar soluciones conforme Dios nos guía.
La fe  nos hace conscientes de quienes somos delante de Dios, indefensos y necesitados de su amor y poder. Esto nos fortalece y nos da esperanza en un Dios creador y Señor, que es un padre responsable con sus hijos, quien nunca abandona la obra de su mano, en Jesucristo siempre hay salidas.
Comprendo que en la vida no todo es como yo quiero, pero por la fe, sé que Dios tiene para mí lo mejor, por eso cada día doy gracias a Dios en todo tiempo y en todo lugar, y rindo mi vida y todo lo que soy a Él, para así obtener los mejores resultados.

La fe es la única fuerza capaz de motivar al ser humano desde adentro, es la luz que nos alumbra el camino, el gozo que nos alegra la vida.
Por la fe nos liberamos de la tiranía del maligno y vivimos la alegría y bendición de nuestro Dios, todos los días de nuestras vidas.  

Desde ahora y para siempre.  Amen.

JoseFerchoZamPer 

jueves, 5 de febrero de 2015

Dame tu Mano

Dame tu mano, 
Mi vida está cayendo en el abismo 
Ayúdame a salir ahora mismo
Abrígame y llévame contigo
No quiero continuar solo el camino

Dame tu mano
Jesús, mi amigo, llévame contigo
Los dos podremos ir por el camino
Mi vida hoy sin ti, no tiene sentido

Oh mi Jesús
Tú Limpias y liberas mi destino
Me llenas hoy la vida de alegría
Mi casa, mi familia y mi camino

Dame tu mano
Todo lo que tengo, hoy te lo rindo
El frío me consume, y sin abrigo
Sin ti, no quiero continuar 
hoy mi amigo.

Sobre lo que crees.

Lo que se puede saber de la biblia se remonta a miles de años atrás. Jesucristo es el personaje central de la historia bíblica, su vida y ...