Al pretender surfear en las playas del mar pacifico, una gran ola venida del nordeste me derribó sin ninguna contemplación, y al fondo del mar fui a templar.
Luego de beber como tres litros de agua tan salada como el pescado seco, me encontré con unos viejos filósofos y nos pusimos a discutir sobre antiguas lecciones que nos podrían servir para estos días tan turbulentos.
Como suele suceder desde remotos tiempos las perspectivas cambian según el parecer de las gentes. Pero, intentando sacarle punta al lado más duro de la filosofía, pudimos sacar algunas ideas en limpio, tales como la Amistad.
Mi amigo Aristóteles dijo; el sentido de la amistad es alcanzar la felicidad en esta vida.
El hombre para ser feliz necesita amigos esto es así de simple, replicó Platón.
Pero la amistad por interés es tremendamente destructiva en la
relación entre las personas, normalmente son aduladores que quieren ganarse el
favor del otro.
Entonces Descartes dijo: “Aquellos que se quieren por interés, la amistad obedece al propio bien; y los que se quieren por placer, lo hacen por su propio gusto”.
La verdadera amistad es perfecta, permanente y muy rara. Esta clase de relación se basa en un aprecio de las virtudes que el otro atesora”.
Esta clase de relación, a la que debemos aspirar, es la más altruista y menos interesada. No hay lugar para agravios.
Dijo Cicerón: “No escuchemos a esos hombres negados a todo sentimiento de amistad, porque jamás la han comprendido ni la han practicado. Para ellos todo es sospecha, todo recelo; la fidelidad de los amigos no existe”.
Les dije; debemos ser amigos de nosotros mismos, de esta manera nos beneficiamos y seremos útiles a los demás. Porque en todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano.
El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. Amar al amigo y servirlo en el presente, genera un futuro.
El carácter del hombre se perfecciona en el trato con el hombre.
Muchas veces titubeo, porque es más fácil la vacilación que una actitud desafiante.
Nada es más útil que la amistad, es como un buen traje. Pero “La amistad sólo existe entre los hombres buenos”.
En la convivencia y sólo en ella se adquiere ese don del cielo
que es la amistad.
¿Puede haber algo más agradable que estar en compañía de quien se siente bien consigo mismo?
Nuestra felicidad pierde la mitad de su valor si no tenemos con quien saborearla.
La amistad en la vida es un tesoro, algo más valioso que
cualquier otro bien.
Consideremos la amistad como una rosa que perfuma el aire y luce hermosa entre cardos y espinos, en abierta lucha contra la maldad.
¿Por qué pretender arrancarle a la vida la amistad?
Tengo amigos a quienes veo solo un par de veces al año, y otros ya no los veo porque ya murieron. Uno de mis mejores amigos se casó y se olvidó de decírmelo, pero igual, fui a su matrimonio.
Sólo los tontos tienen muchos amigos. Aceptar un favor de un amigo es hacerle otro.
La relación de pareja sin amistad es como tener relaciones sexuales sin Amor.
Nadie nació para estar solo, por naturaleza buscamos personas afines a nuestros intereses y sentimientos.
Un amigo es quien sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere.
El dios del caos se acercará a ti y podrá hacerte daño, en especial cuando no se tiene amigos de verdad, la enemistad es una amenaza para la humanidad.
Un amigo debería ser, en verdad un tesoro, es decir una inversión para toda la vida, una excelente compañía, sin vanidad, sin falsedad.
La amistad se da en todas las etapas de la vida, tanto entre hombres como entre mujeres, la verdadera amistad dura toda la vida.
Es muy fácil ser amigo en los momentos sabrosos, en la abundancia, en la juventud, cuando todo fluye bien, pero en los momentos difíciles las cosas cambian, los verdaderos amigos son difíciles de encontrar, e imposibles de olvidar.
Aunque, nacimos solos, y morimos solos, no hay razón para vivir solos.
También en la pareja debe reinar la amistad, la confianza, y más
intereses en común.
JoseFercho ZamPer
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