miércoles, 28 de noviembre de 2018

El amor al prójimo

El pecado es la mayor miseria del hombre.

Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Así mismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Al siguiente día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.
¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.

Este es uno de los siglos más oscuros en cuanto a la fe, donde se ve con mucha más claridad el pecado, el egoísmo y la maldad en todas sus manifestaciones, donde hay un mayor rechazo a vivir el amor y la ley de Dios. Con razón, Jesucristo nos advertía que no nos amoldásemos al mundo actual, o a este siglo.

En consecuencia, ¿Cómo ofrecerse ante Dios, como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios? Si los “cristianos de hoy” estamos más preocupados por ¿qué podrá hacernos el mundo? que por obedecer la palabra de Dios.
Estamos tan temerosos ante el mundo, que nos da miedo que él nos persiga, o nos rechace, y tambaleamos en la fe.
La crueldad de la indiferencia ante la desgracia de los otros nos ha sumergido en la degradación, extinguiendo así la misericordia, o el Amor.

Yo estoy seguro de que, Jesucristo está con quien se acerca a Él, pero es necesario vivir en rectitud, pues existen mandatos muy importantes que debemos obedecer.
Aunque cuando nos acercamos a Dios, y nos arrepentimos de nuestros pecados, somos perdonados, y el Señor, no los recuerdo más, no significa que no sea necesario esforzarnos por permanecer sin pecado delante de Dios.

Entonces Jesucristo nos dice: Ni yo te condeno; pero vete, y no vuelvas a pecar, no sea que te sucedan cosas peores. Juan 5:14.

Parece que el tiempo ha borrado estas palabras de nuestro Salvador Jesucristo, las cuales habían sido escritas con tanto amor en nuestros corazones, pues hemos vuelto a satisfacernos con las cosas de la vida meramente natural, de todo aquello que el mundo nos ofrece. Porque la misericordia que Dios muestra a la humanidad pecadora está en armonía con la justicia divina.

Parece que las iglesias de este mundo han entrado en la oscuridad, porque así es como caminan muchos de ellos, en lo oscuro. Sin capacidad de entrar en contacto con el otro, de hacerse notorios y dejar huella, sin llegarle al hermano con testimonio de amor.
La corrupción ha llegado a ser el estado personal y social en el que nos hemos acostumbrado a vivir. Estamos asfixiados por la autosuficiencia, que ni nos cuestionamos de que está mal o bien; no nos da ni vergüenza el reconocernos pecadores.

Esto no es una simple doctrina, mucho menos un punto de vista tampoco es idolatría, porque es palabra de Dios revelada a quien desea creerla en serio.
Será que, al acoger al marginado, o al pecador con el alma herida, ¿perdemos credibilidad como cristianos? Para algunos, parece que es así.

Los hijos heredan el sufrimiento de los padres.

Tiene esto una extraordinaria importancia, es necesario cambiar pronto nuestra forma de pensar, para así cambiar nuestra manera de vivir.

Cuando el entorno aprieta con sus escaseces, el individuo trata de adaptarse a las circunstancias, y opera de manera negativa.

Vivimos en un mundo basado en decisiones, pero a menudo los demás las toman por nosotros y esto pone en peligro nuestras libertades.

Muchos ciudadanos solo son una estadística o un dato en un computador del gobierno o de una empresa, exponiendo así casi toda su vida al público.

Porque ellos solo ven un perfil de consumidor perfecto para sus productos, buscando aumentar sus ganancias, por tal razón nos acosan con propagandas directas y llamadas ofreciendo toda clase de productos y servicios, con palabras lisonjeras.
Cuando se omite el factor humano en las decisiones, se altera nuestro estilo de vida, convirtiéndonos en información errónea y desenfocada poniendo en peligro nuestro modo de vida.

Estamos caminando por el filo del abismo, amenazados por graves dificultades. Es urgente hallar en nuestro inconsciente la solución a los problemas personales para prevalecer.
Cuando hagamos un análisis claro de la situación, podremos saber a qué Peligros nos estamos enfrentando.

La iglesias de hoy son como las universidades, enseñan y enseñan solo teorías, sin pasar a la práctica, sacando así una cantidad de graduandos que ni saben de qué les están hablando. Es muy normal encontrarse con cristianos sin fe, buscando que Dios les conceda el milagro que necesitan, pero sin creer la palabra de Dios.
El hombre fue creado para amar, conocer, obedecer y servir a Dios y disfrutar de todo lo creado por El.

Jesucristo te ama y te bendice.

JoseFercho ZamPer

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