viernes, 10 de marzo de 2017

Sobre la creación



Las sagradas escrituras nos narran el origen del universo, de la tierra, del género humano, en general, nos relata la creación del mundo.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Esta es la afirmación del poder total y absoluto de Dios, del único y eterno Dios, a cuya voluntad se debe todo cuanto existe.

Juan 1.3. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

El universo es resultado del Amor de Dios por la humanidad, El, con su palabra creó todo cuanto existe, y lo hizo habitable con el propósito que el ser humano, el hombre, viviera en el.

El hombre y la mujer fueron formados del polvo de la tierra, es decir, de la misma sustancia que el resto de la creación; pero Dios sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

El Señor Dios nos ofrece su amor eterno, y es aceptado libremente por cada individuo que le cree y lo recibe en su corazón.

Quien lo recibe, acepta la soberanía de Dios en su vida, quien no; busca igualarse a Dios, y en su rebeldía cierra el acceso a la vida, y se le abren las puertas del pecado, y como consecuencia, la muerte.

Dios, en su infinita misericordia, envía a su hijo para liberar a los seres humanos de la esclavitud, a donde el pecado nos había conducido.

El Señor no actúa de manera arbitraria, todo es parte de un plan perfecto de salvación que se extiende al mundo entero.  

La creación

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Dijo Dios: «Sea la luz». Y fue la luz. Vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó a la luz «Día», y a las tinieblas llamó «Noche». Y fue la tarde y la mañana del primer día.

Y así sucesivamente, fue formándolo todo. Pero en realidad el ser humano prefiere creer otras ideas complicadas y descabelladas; debido a que lo de Dios, solo se puede recibir por fe.

La vida es Jesucristo, fuera de Él, no hay vida. Pero claro, esto es solo para quien cree, quien no cree en Dios, piensa que está vivo, y que es feliz.

Dios nos dio la vida hace miles de años. ¿Qué hemos hecho con ella?

El origen de nuestra propia especie esta mucho más atrás de lo que la mayoría de los autores dedicados al estudio de los fósiles proponían hasta ese momento.

Hasta hace poco, pensaba que la vida era absurda, cuando solo conocía que la vida era el resultado de un proceso evolutivo natural, cuando creí que el origen de la verdadera vida era Dios, comencé a aprender el verdadero sentido sobrenatural, el cual está más allá de lo natural.

La vida en la tierra no es el resultado de un acto directo de creación divina, o simplemente que haya aparecido de un momento para otro, pues todo lo natural tiene su proceso natural, pero la vida espiritual, que es la verdaderamente valiosa, solo viene de Dios, del espíritu, esta vida es la que ahora tiene sentido para mí.

Pero esta vida natural, la que todo ser en la tierra vive, es creación de Dios, por la sencilla razón de que es perfecta, y sabemos que el hombre no existía antes de que apareciera el hombre en la tierra.

Si miramos los distintos órganos del cuerpo, vemos lo perfectos que son: por ejemplo, el corazón, que motor hay más perfecto que este. Nunca deja de trabajar, no se recalienta, no necesita mantenimientos periódicos, no usa gasolina, menos acpm, y que labor tan valiosa para la vida realiza.

Y qué decir de los pulmones, se inflan y se desinflan por muchos años sin parar, las fallas que presentan son minucias al lado de la grandes ventajas que nos dan.

 La Tierra está poblada por una gran variedad de formas de vida, entre las que estamos los seres humanos.

La vida humana supone un crecimiento cada vez más elevado, de superioridad frente a las demás formas de vida; pero a la hora de la verdad, esto no sucede, vivimos en un grado de complejidad moral y espiritual de difícil solución.
Únicamente en la forma espiritual es posible evolucionar a seres humanos perfectos, de una complejidad privilegiada.  

Según el razonamiento humano, el hombre es la medida de todas las cosas, todo gira alrededor suyo; solo nos hemos enfocado en “lo mío”, lo demás no me incumbe.

Solo Dios tiene un glorioso futuro para el ser humano, pero parece que no hemos aprendido de Él, somos sus mensajeros, pero no lo escuchamos.

Solo atinamos a decir: no puedo, perdóname, no tengo alternativas, todo es confusión.

Esperamos milagros, pero la vida y todo en este mundo lo son, que esperamos para creer. Podemos ver que a los seres humanos nos interesa más el “tener que el Ser”. La vida parece tener un solo propósito; el dinero.

Pese a la presión humana, aún sobrevivimos, debido a que aún existen algunos seres humanos inteligentes sobre la faz de la Tierra. Pero esto no siempre ha sido así.

¿Qué quiere decir todo esto? Sencillamente, que si Dios no hubiese creado la vida sobre la tierra, no estaríamos ahora aquí compartiéndolo.

Para algunos, el hombre vivirá para siempre aquí en la tierra, para otros, la destrucción del hombre es algo inminente.

¿Pero será que la vida depende sólo de nosotros?

Seremos tan ciegos para pensar ¿que no hay alguien superior a nosotros como creador, que todo lo que existe provino de la nada existente, que todo tiene una explicación? ¿Será que el desorden produjo tantas maravillas?  

Ninguna vida es superior a las demás, porque ninguna está a salvo de la hecatombe.

Todos somos cada vez más conscientes de que la vida es frágil, pero en la práctica, estas cosas no nos preocupan.

En otras palabras, y para complicar más las cosas, el hombre es cada vez más inestable, más alejado del equilibrio, y de todo esto depende la complejidad del problema.

Antes de que la verdad fuese comprendida, pensaba que los más de 3.000 millones de años de evolución no habían servido para nada, y de que sólo somos una especie cualquiera, cosa que no es cierta, pues somos de gran valor.

El hombre no es sólo un animal mas, somos la especie más inteligente, y gracias a eso ha sido capaz de aceptar que hay alguien más grande que el mismo.

Pero mantén la calma, estás vivo, solo espera, todo a su debido tiempo.

Imaginemos brevemente cómo sería nuestra vida si pudiéramos tener el control de nosotros mismos.

Es curioso, antes me preocupaba mucho, y todo eran obstáculos para mí, me costaba  trabajo creer.

Cuando pienso en la hora de mi muerte, no hay más obstáculos, se caen como fichas de dominó. Solo han sido hipótesis, solo ideas.

Todo lo que nos hace humanos está desapareciendo. No sé qué hacer.

Hemos creado una escala de valores para olvidarnos de lo verdaderamente importante, los humanos no son la unidad de medida y el mundo no se rige por sus leyes.

Dada nuestra naturaleza pecaminosa, el poder suele traernos inestabilidad y caos.

Qué bueno sería que el hombre comprenda y acepte el sacrificio de Jesucristo.

La mayor dicha del hombre es reverenciar tranquilamente lo inexplicable.


Jesucristo te ama y te bendice.



JoseFercho ZamPer

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