viernes, 27 de enero de 2017

Esperanza para los caídos.


Un buen día, y después de casi un año de problemas de salud en mi esposa, el médico me dijo: Señor, su esposa tiene cáncer.

Por lo avanzado de la enfermedad, estaba flaca y ojerosa, al mirarla me daba cierto temor de que no aguantara el tratamiento.

Después de varios días, me postré rostro en tierra y clamé al Señor por mi esposa, por su salud, y para que le diera un aspecto más agradable a la vista,  ya que nos miraban con temor y angustia. 

El Señor me trajo a la mente el pasaje de Ezequiel y el valle de los huesos secos. Me hizo la misma pregunta que a Ezequiel, me dijo: ¿Vivirán esos huesos?  Respondí lo mismo que Ezequiel: Señor solo tú lo sabes.

El valles de los huesos secos son los tiempos de crisis, necesidades, opresiones y vicisitudes por las que pasamos en este mundo.

Cuántas veces nos sentimos como huesos secos, sin vida, sin esperanza, frente a nosotros solo vemos un panorama desfavorable, cada día que pasa pareciera que las esperanzas de salir adelante se desvanecen. La vida espiritual anda por los suelos, no hay ánimos, menos fuerzas.

Jesucristo es la vida.  
Jesucristo nos dice: 
Juan 5: 21 Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. 

Juan 1: 4 “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. 

Juan 3: 36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. 

El ser humano sin Jesucristo, es un hueso seco espiritualmente hablando. Solo cuando se le predica la palabra de Dios, recibe vida. 

Efesios 2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados.
Mateo 8: 8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.  

La Palabra de Dios transforma vidas, cuando se usa, sana heridas, rompe cadenas y libera a los cautivos, 

Y me dijo: Hijo de Hombre, ¿Vivirán esos huesos?  Y dije: Señor solo tú lo sabes.

Profetiza sobre esos huesos, y diles: huesos secos, oíd palabra del Señor.

Así ha dicho el Señor a estos huesos: he aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.

Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy el Señor.

Hasta ahora hemos proclamado demasiado lo que dice el mundo, lo que hablan los amigos, las circunstancias y los problemas. A eso es a lo que le hemos dado más importancia. 

Pero Dios nos dice que hablemos la verdad. Porque frente a la verdad, el diablo no puede resistir. Jesucristo nos dice: Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

La realidad nunca es la verdad, es solo lo que ven nuestros ojos; el hecho de que se sufra una enfermedad no significa que usted esté enfermo, es solo la realidad del momento, pero la verdad dice que por las llagas de Jesucristo usted ha sido sano. Esa es la verdad. 

En este mundo todo es pasajero, todo varia cada día. Hoy puedo estar desempleado, mañana tendré empleo, sin dinero, mañana puede llegar abundancia, todo eso es la realidad, pero la verdad dice que el Señor es mi pastor y que nada me faltará; y que Él suplirá todas las cosas conforme a su riqueza en gloria. Así que es hora que usted vaya pensando si se queda en la realidad o se planta en la verdad.

Si entendemos que necesitamos de Jesucristo, seremos más que victoriosos. Porque la verdad de Cristo se hará nuestra verdad, su espíritu nos dará vida abundante. De lo contrario seremos parte de esa misma osamenta esparcida por el valle de los huesos secos.

Él necesita un hombre que declare las palabras como él las pronuncia en el cielo. El se agrada del hombre que declara las palabras que él dice a pesar de lo que ese hombre pueda estar viviendo en lo natural.
¿Porque sé que esos huesos secos vivirán? Porque Dios mismo lo ha manifestado. 

Aunque veo que la enfermedad ha secado su cuerpo, sé que Jesucristo a cargado con nuestras enfermedades, que Él ha perdonado nuestros pecados, y que aunque estemos muertos en nuestras maldades, si creo en Jesucristo, estoy vivo en El.  

Contra la verdad, el diablo no puede hacer absolutamente nada. La verdad es Jesucristo, y el ya venció. Hable la verdad, hable lo que Dios habla. 

Hable la verdad delante de su familia, delante de todos, hable la verdad y alabe a Dios.

Jesucristo dijo: “Yo Soy la Verdad y la vida”.

 1 Juan 5:12, dice: El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. 

Pero si usted tiene al Hijo de Dios, tiene la vida. Si no lo tiene, está muerto espiritualmente. 

Juan 3:36, El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que se niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.  

Dios le está diciendo hoy que si usted no tiene una relación con Dios por medio de Jesucristo, está muerto espiritualmente. Como aquellos huesos secos, tiene que escuchar la Palabra vivificante de Dios, para que el Espíritu Santo la haga realidad en su vida.  

Si lo mismo te da asistir a la iglesia o no asistir, orar o no orar; alabar o no alabar; ofrendar o no ofrendar; pecar o no pecar; definitivamente eres un costal de huesos secos. 

Lo que sucede es que nuestra relación con Dios comienza a secarse, y morimos.  

Tenemos que obedecerle en todo momento, cuando somos obedientes a su palabra, Dios nos guardará en su corazón, Él nos guiara por el camino recto. 

Hermanos la fe es la parte más importante en nuestra vida cristiana. Puede ser que en ciertas ocasiones,  todo aparente estar perdido; puede ser que las cosas parezcan no tener solución, pero nuestra fe ha vencido al mundo.

Tenemos que recordar siempre que para Dios nada es imposible. Recordemos que a través de la fe de una persona, Dios permitió que el mensaje de salvación llegara a nuestros oídos, y penetrara en nuestro corazón.  

Dios quiere que llevemos el mensaje de salvación a nuestro prójimo, a nuestra familia y amigos.

Cuando predicamos la Palabra de Dios con la autoridad que Él nos ha dado, esos huesos secos regresaran a la vida. 

Solo con la Palabra de Dios podemos vencer, solo con la Palabra de Dios podemos obtener la victoria sobre toda situación.

La Palabra de Dios es capaz de sanar, restaurar, e impartir vida en una persona.


Jesucristo te ama y te bendice.

Amen.

JoseFercho ZamPer

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