martes, 21 de mayo de 2019

Sobre el amor propio.


El amor me encontró un día, cuando conocí a Dios.
Él me enseñó a amar con seguridad, me enseñó a amarme a mí mismo con su amor.

Buscando el amor en la carne, solo atraía a personas que tampoco se amaban a sí mismos. Cuando no nos amamos primero, no sabemos amar de verdad a nadie más, y siempre atraeremos lo que creemos merecer. Pues es imposible amar a otra persona sin amarse a sí mismo, no se puede dar algo que no se tiene.

Pero con fe, con paciencia y perseverancia, nuestro esfuerzo nos llevará a la perfección; al amor, quien es Dios mismo.

Generalmente, no sabemos qué tipo de personas somos, y atribuimos nuestras fallas a las circunstancias o a los demás.

El “amor propio" no es orgullo personal, es sentirse orgulloso de “quién eres”.

Eso de andar por las calles con documentos prestados tratando de suplantar a alguien más, es un engaño muy difícil de vencer, porque la gran mayoría de las personas, son como ellos creen que son, pero hacen todo lo posible por caerse bien a sí mismos.

Las personas que se aman tienen el coraje de equivocarse y volver a comenzar, sin que eso sea una barrera imposible de superar. Afrontan con responsabilidad su propia vida.

Cuando nos amamos a nosotros mismos, no nos falta nada; ni la capacidad de discernir, ni la de amar, pues se conoce "de lo que somo capaces, o, de qué estamos hechos. La dificultad está en saber exteriorizar sus propias debilidades.

El amor propio es el ejercicio pleno de nuestra libertad, es la aceptación plena de nosotros mismos, como somos, y solo depende de nuestra voluntad para querernos. Esto se proyecta a los demás como un sentimiento de bienestar. Para poder amar a otra persona es primordial amarnos a nosotros mismo.

Todos tenemos nuestras limitaciones y debemos aceptarlas para luego tratar de superarlas. Por tanto, celebraré tu amor todos los días, como una señal de que Dios redime los pecados de la humanidad.  

Más allá de la ciencia, el sutil arte de “amarse los unos a los otros”, es la clave para ser feliz, porque el amor perdona multitud de pecados.  

JoseFercho ZamPer

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