domingo, 25 de junio de 2017

Y él se quedó asombrado por la incredulidad de ellos.



En aquellos días, cuando Moisés estaba orando en el monte, en la presencia del Señor, viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y dijo: Mañana será fiesta para Jehová. Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.

 Entonces el Señor dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto.

Que tan fácil es, Señor, para nosotros los que decimos ser tus hijos, el cambiarte por un pedazo de fierro o de madera en forma de algo sagrado.  Solo por el hecho de que según nuestro parecer; tú te estás demorando mucho en darnos lo que te pedimos.
Y Jesucristo nos dice: ¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? es que ¿no me han creído? Todo es posible para el que tiene fe.

Los milagros de Jesucristo siempre están vinculados con la fe. Cuando el Señor visitó su ciudad natal, no pudo hacer casi ningún milagro por la falta de fe de ellos. Pero siempre que alguno se le acercaba, y le pedía un milagro, él les decía: “Tu fe te ha salvado”, “hágase según has creído”, y quedaban sanos.

Nosotros somos como aquel hombre quien le dice a Jesucristo: pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.

Y Jesucristo le responde: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
El hombre clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.

Esto nos ocurre todos los días, podemos tener momentos de debilidad, pero sabemos la solución, acudir a Jesucristo y pedir que nos aumente la fe.

La oración es lo primero que el cristiano debe hacer en la mañanas. Las actividades diarias nos consumen el tiempo, y pueden impedirnos la oración; por eso es importante levantarnos temprano a orar.

Hoy está de moda decir “soy cristiano”, o creyente, sin embargo, muchos rechazan la necesidad del corazón, de agarrarse a algo más allá de lo palpable, de lo visible o material. 

¿Hay alguno entre vosotros sabio y experto? Que lo demuestre con sus obras.
Pero si en su corazón aún hay: envidia, amargura, rivalidad, contiendas, celos y toda otra clase de bajas pasiones, o pasiones carnales; no tienes nada de que presumir. 
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.
La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. 
Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, Señor, Roca mía, Redentor mío.

Marcos 9, 14-29
Jesucristo les preguntó: ¿De qué discuten?
Uno de la gente le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen, no han sido capaces».

Él, tomando la palabra, les dice: «¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo». Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.


La identidad de Jesucristo le suele parecer conflictiva a muchas personas, pues muchos se escandalizan de Él.

 Todos dan su aprobación por las hermosas palabras que se predican en los altares de los grandes templos en el mundo entero; pero casi nadie sale de allí a obedecer o a poner en práctica dichas predicaciones.

En medio de la admiración y la algarabía por los grandes predicadores cristianos que se mueven por el mundo, hablando de Jesucristo, o de Jehová, o de Yhavéh, hay tanta incredulidad y falta de fe en Jesucristo, que da miedo estar en dichas iglesias.

Jesucristo no tiene religión, la religión es un invento del hombre sin Dios.

¿Cómo explicar los milagros de Jesucristo?, como aceptar que un carpintero, haga tales milagros. Eso parece un ser un insulto a los grandes maestros y doctores de la ley y a tantos grandes eruditos que hablan y hablan por todos lados, pero no muestran nada real ni verdadero en cuanto al amor de Dios ni a su obra.

Jesucristo nos dice que el mundo no lo reconoció, porque a Él solo se le puede ver con los ojos de la Fe, y es triste aceptar que la gran mayoría de nosotros andamos más en la carne que en el espíritu.

¿Eres tú el que estamos esperando? Esa es la pregunta. A quien esperamos que obre en nuestras vidas, a Juan, a pablo, al presidente, o a los ministros. La Gloria del Señor solo se puede admirar en sus obras, cuando se está en tribulación.

Que es lo que estamos esperando ver u oír; la solución a nuestros problemas, una palmadita en la espalda, o el favor del Señor Jesucristo.

¿Tú eres el que ha de venir?
Nos hacemos esta pregunta con frecuencia, pues dudamos de que Jesucristo sea realmente el mesías, aunque ya hemos oído hablar de los milagros que ha hecho por el mundo entero, y si ya lo sabemos, entonces porque cada vez nos preguntamos lo mismo: ¿Eres tú el que ha de venir,  o Eres tú el Cristo?

A esta pregunta, Jesucristo nos responde: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva. Por lo tanto, si tú crees esto, se abrirán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos oirán palabra de Dios.

Dichoso el que no halle escándalo en mí. Tal vez uno de los más grandes desafíos para el hombre de hoy es saber dar razón de sus creencias más profundas.
Los hombres meramente hablan sabiduría humana, por eso necesitamos discernir la verdad de la mentira.

La Biblia enseña que la salvación solo es posible por medio de la fe en Jesucristo. Hechos 4:12. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay nombre bajo el cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos”.

Efesios 2:8-9. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe.

Romanos 3:21-25. Pero ahora, aparte de ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia (entre los judíos y los demás), por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe.

¿Cómo puede haber orden en un estado sin Dios y con tantas religiones? No sé cómo puede vivir un hombre sin Jesucristo.

Porque muchos profesan esa fe, pero son responsables de crímenes abominables contra la humanidad. Y sólo saben dar como argumento, citas bíblicas y frases prefabricadas.

La perfección de la creación, y del ser humano solo vienen de Dios.

He visto a Dios en cada uno de los eventos de mi vida, pues aun siendo malos Dios reconstruye la vida de quien se allega a él.

Mucha gente solo cree en Dios cuando ven un milagro, por lo que Jesucristo predicó para ese tipo de gente, por eso hace milagros todos los días, pues él conoce nuestra incredulidad.
Jesucristo predicó y sus mismos discípulos no lo entendían, Dios dice: "no  adoraras a otros dioses delante de mí, pero esto es lo que más hacemos, nos vamos tras dioses falsos como: el dinero, la fama, los ídolos humanos, etc.

Con dolor lo digo, nosotros los que nos llamamos cristianos, desobedecemos a Jesucristo todos los días, y las iglesias promueven tal desobediencia. Basta con mirar a muchos pastores que se han separado de sus esposas y se han casado con otra mujer, ellos son los primeros desobedientes y promotores del adulterio. "Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera." Lucas 16:18.

Y así como este caso hay cientos, donde no se obedece a Jesucristo, sino a la carne. Como en el caso de las riquezas, El señor habla de no hacer tesoros en la tierra, sino en el cielo, pero la mayoría de los pastores se llenan de dinero para sí mismos, y eso enseñan diciendo que Dios nos quiere ricos.
Jesucristo promovió la obediencia al padre, el servicio a los hermanos, la ayuda mutua, pero en las iglesias cada cual anda por su camino, muy poco se conocen y mucho menos compartir con el necesitado.

Y sobre la fe, ni hablar; oramos por salud y no creemos que Jesucristo curo nuestras enfermedades, menos todas las bendiciones que El obtuvo para los que creen. Muchos van de iglesia en iglesia, buscando quien los sane, quien los libere, o quien le haga milagros para salir de sus problemas, pero de obediencia al Señor, poco.

Ánimo jóvenes, no se amolden al mundo actual, mantengan una vida cristiana.
Bendito sea el Señor, cuando nos equivocamos tenemos la oportunidad de aprender de los errores, los problemas hacen parte de la vida, el solo hecho de vivir, es todo un problema. Por esa razón es que necesitamos tener fe. 

Sí tú nunca has tenido una crisis de fe, es que no tienes fe.
En este mundo, siempre nos cansamos, siempre tendremos dificultades, siempre pasamos por crisis en la fe; hasta pasar vergüenzas por nuestra falta de fe.

Por más creyentes que seamos, también dudamos, esta es la verdad; pero seguimos soñando con ver la gloria de Dios en nuestras vidas y en el pueblo de Dios, en su iglesia.
A usted no ha pasado por estos altibajos de la fe, cuestiónese en qué y en quien cree. No sea que estés conforme con el mundo actual, con lo que está sucediendo en su casa, en su vida, con sus amigos; con esta mundanidad.

Hay que ser coherentes con la fe, no pases por alto lo que vivió y sufrió nuestro Señor Jesucristo y sus discípulos, el martirio que sufren los cristianos por vivir como Cristo vivió, es algo real.  
La verdad es que cuando alguien toma el camino de la fe, sufre persecución o matoneo por parte de sus mismos allegados; por ejemplo, un hombre fiel a su esposa, sus mismos amigos lo tratan de pendejo, de no aprovechar las oportunidades que le da la vida, etc. Qué nuestra vida cristiana no sea tan solo un acto social. 

Por todo esto Señor, te oro así.

Tú, Señor, que todo lo ves, reconocerme delante del padre, aun cuando yo mismo no lo haga. Quiero verte y reconocerte como mi Dios y mi Señor, cada día, tanto al salir el alba, como al ponerse el sol.

Yo necesito de ti, perdona mi falta de fe, pues al ver tanta injusticia en este mundo, tanta desigualdad, tanta enfermedad, tantos niños maltratados y hambrientos; pienso que tú no existes, y me pregunto: si existieras, no permitirías todo ese mal.

Pero ahora mismos te quiero decir; Perdona mi falta de fe, yo sí creo en ti, pero ayuda a mi falta de fe, ayúdame a creerte y a obedecerte.  Amen.

Jesucristo te ama y te bendice.

JoseFercho ZamPer


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