miércoles, 25 de junio de 2014

El fracaso se disfraza de “normal o rutina”.

Cuando iniciamos un proyecto nos planeamos un sinnúmero de preguntas sobre si lo lograremos o no.

Los caminos pueden ser fáciles o difíciles, o sonreímos o lloramos. Depende de cómo encaremos el asunto.

Cuando permitimos que nuestra vida se vuelva “algo normal o rutinario” estamos abriéndole las puertas al fracaso, caemos en un estado de aletargamiento y todo se pone color de hormiga y comenzamos a sudar lágrimas.

Si queremos alcanzar el éxito en cualquier asunto de la vida, sea laboral, sentimental o espiritual, estamos obligados a sacrificarnos en todo, a trabajar duro con tal de lograrlo. Pero la rutina nos puede arruinar la vida, nada hay más peligroso que caer en ella, pues la vida se nos puede convertir solo en trabajar,  trabajar, y trabajar.

Necesitamos ponerle ganas a la vida, que nuestros planes tengan motivaciones superiores al simple hecho de lograr una meta, o de ganarnos un premio.

Hay algo misterioso en la vida de los cristianos, algo que nos hace olvidar el sacrificio y la abnegación de cada día, es la recompensa que Dios nos da por agradarlo a el, es mucho más  gratificante que el salario mismo.

Por primera vez en mi vida pude disfrutar de mi trabajo, por primera vez comprendí que la satisfacción es algo espiritual y no material, pude ver con claridad y de forma muy práctica, el tremendo valor que tiene el esfuerzo personal cuando nuestras metas son mas altas que simplemente la recompensa terrenal.

San Pablo escribió en 1 Corintios 9:24-27.  Ustedes saben que, en una carrera, no todos ganan el premio sino uno solo. Los que se preparan para competir en un deporte, dejan de hacer todo lo que pueda perjudicarles. ¡Y lo hacen para ganarse un premio que no dura mucho! Nosotros, en cambio, lo hacemos para recibir un premio que dura para siempre. Yo me esfuerzo por recibirlo, así que no lucho sin un propósito. Al contrario, vivo con mucha disciplina y trato de dominarme a mi mismo.

Todas las personas que alcanzan el éxito en sus propósitos, es por que se han esforzado mas que los que no lo han logrado, pues ellos suelen hacer cosas que a otros no les gusta hacer. Vale la pena vivir más allá de los gustos.

 Aprende a soltarte en las manos de Dios y el se encargara de tu vida, no te aferres simplemente a las situaciones de este mundo, mira mas allá y serás feliz.

Génesis 1:31 "Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno.

Mateo 12:35.  "El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal".

Lucas 18:19. "¿Por qué me llamas bueno? --respondió Jesús--. Nadie es bueno sino sólo Dios".

1 Corintios 13:13. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.

Gálatas 1:10. ¿Busco ahora el favor de los hombres o el de Dios?

Romanos 8:14  Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

Hebreos 12:2a. Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.

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