sábado, 14 de octubre de 2017

La religión y el gobierno

Yo le he puesto por atalaya para velar sobre la casa de Israel.
Speculatorem dedi te domui Israhel et custodire.

 Jamás se ha dudado, que los ministros del Santuario están puestos por Dios en el rebaño de la iglesia para ser pastores que apacienten la grei, como lo dice San Pedro.

1 Pedro 5:1-5
Por tanto, a los ancianos entre vosotros, exhorto yo, anciano como ellos y testigo de los padecimientos de Cristo, y también participante de la gloria que ha de ser revelada: pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío sobre los que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, recibiréis la corona inmarcesible de gloria. Asimismo, vosotros los más jóvenes, estad sujetos a los mayores; y todos, revestíos de humildad en vuestro trato mutuo, porque Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.
Nos llamó a ser Sal de la tierra, que preserven a sus habitantes de la putrefacción del mundo, y a sazonar las almas con el útil y agradable sabor de la verdad de Jesucristo.
Dios nos hizo depositarios de la verdadera ciencia para discernir la diferencia que hay entre lo santo y lo profano.

Nuestro corazón es como el arca del testamento donde están guardadas las verdades de la palabra de Dios, para instruir y edificar al pueblo, a la familia y a nuestra propia vida, guardándonos del error.
Todas las naciones del mundo profesan alguna religión, que a la mirada de los políticos, les conviene que esta sea bien esclavista de sus feligreses; para así poder manejarlos a su antojo, junto con los líderes religiosos.

 Se confirma esto, con doctrinas y dichos de los filósofos que sostienen y enseñan lo mismo, del aprecio que se debe tener por sus gobernantes y líderes.  Teniendo sumo cuidado de continuar con la falsa doctrina que las otras naciones han mantenido para conservar así su imperio.
El cristianismo es la única y verdadera religión, solo ella ha sido revelada a los hombres por Jesucristo, y no solo con la lumbre de la razón humana.
Mostramos aquí que la fe nunca se puede tener como algo pequeño, la excelente felicidad de los creyentes es tan grande y arraigada en los ánimos de los hombres, que la reverencia y el culto a Dios se hace notorio a todas las naciones del mundo.

Por ciegos que hayan sido los hombres, siempre se ha dicho que la religión es necesaria para conservar el Estado, mucho mejor que las armas.
No hay cosa más poderosa y eficaz para contener los estados, que la religión.

El temor a hacer el mal y el buen comportamiento con las demás personas, es algo muy visto entre los creyentes, la bondad y la honradez en los negocios, conforme a lo estipulado por Dios, es algo que al gobierno le conviene, pues esto genera ingresos.

A la verdad, quitar la religión de cualquier estado genera confusión, insubordinación y desorden.
 Sin las ideas de lo divino, sería imposible contener al ser humano en el respeto a las leyes, ni a lo humano, pues, ¿qué le impediría obrar como cualquier otra bestia del campo; cómo podrían los hombres contenerse de pecar y hacer lo malo?

Porque  el único freno para evitar hacer el mal, es lo divino, aquello que ningún hombre puede controlar.
Ya que siendo enemigo de toda bondad, el ser humano solo sería apto para destruir y pisotear todo aquello que el hombre respeta. Quitándole a los afligidos la última consolación de sus miserias, y el freno a los poderosos para destruir a la humanidad.

La verdad jamás será nociva a los hombres,  
Cuando los hombres no tienen ideas sanas de la divinidad, suplen su defecto con ideas falsas, como en los países se trafica con moneda falsa y la hacen pasar por buena. Y otros hacen del delito, su mejor actuación.  

El miedo a ser castigados por parte de sus líderes, hace al hombre actuar de mejor manera, pero el temor a fallarle a Dios, nos hace ser rectos y sabios ante los hombres.
Es realmente necesaria la oportuna enseñanza para distinguir entre las profecías  falsas y las verdades de Jesucristo,  quienes mienten no reparan en costos, con tal de salir ganadores.
Será que habiendo en el estado, abundancia de moneda legal, ¿será tolerable que exista moneda falsa con el sello real? Creo que se verán obligados a sacarla de circulación.

En este caso, la verdad de la religión no puede ser reemplazada por las mentiras de los religiosos, debemos discurrir acerca de la diferencia que hay entre la verdadera religión y la falsa doctrina.

Es necesario decir que, ante la necesidad de una religión para el pueblo, no cualquier religión es buena; sino únicamente aquella que nos lleva a hacer el bien.  

Es como comparar burros con gente pensante, esos no se comparan.  

Lo mismo sucede con los gobiernos, un mal gobierno es lo peor que le puede pasar a una nación, pero si los eligió el pueblo, allá ellos, que se los aguante. Mas sin embargo lo mejor sería elegir bien, y que siempre existan buenos gobiernos.

Los egipcios han creído de un modo, los persas de otro, los indios de otro, los judíos de otro, los cristianos de otro, ¿a cuál de estas religiones nos debemos atener?

Entre la falsa religión y la verdadera existen diferencias notorias; la falsa, solo mantendrá al pueblo ahuevado y loco, sin sanas costumbres, sin virtudes, sin saber de qué cogerse; inseguro y perdido.

Mientras la verdadera religión, la de Jesucristo, mantendrá el orden, la calma, la seguridad, el gobierno y sus políticos serán honestos y sinceros, sin engaños. De tal modo que nuestras pasiones estarán controladas por Dios mismos, con un orden admirable que El mismo establece, el estado junto con el pueblo saldrían siempre beneficiados.

Jesucristo te ama y e bendice.
Socorro, 20 de febrero de 2017
JoseFercho ZamPer

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