Cuánto tiempo más esperaré para obedecer al
Señor.
Cada día que pasa se hace más difícil ser
fiel y obediente a Jesucristo. Todo lo
que nos rodea se opone a nuestra búsqueda de Dios, comenzando por nuestra
propia familia y los quehaceres de la vida.
Mientras esté yo
en el mundo, luz soy del mundo. Juan 9:5
Generalmente
fijamos más la vista en todo lo negativo del ser humano, la violencia, el desempleo, el robo y demás situaciones que
pasan a diario. Pero Jesucristo nos muestra otro camino el de ser Luz par el mundo y sal para la tierra, esto me
compromete a mirar con ojos de amor, de servicio.
Los medios de comunicación cada
día nos transmiten toda la decadencia humana, se encargan de mostrarnos un
mundo en ruinas, una sociedad sin esperanza, y eso nos lleva a dudar de Dios,
de su deseo de bendecirnos. Pero una
cosa tenemos que hacer si queremos ver la gloria de Dios sobre nuestras vidas,
y nos lo dice Jesucristo:
Créeme,
mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán
ustedes al Padre. 22 Ahora ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos
lo que conocemos, porque la salvación proviene de los judíos. 23 Pero se acerca
la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre
en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.
24 Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. Juan 4:21-24
Y esta es la hora,
la que Dios está deseando desde el principio, hermanos, ha llegado la hora en la que el Hijo del hombre sea glorificado — Juan
12:23.
Todo lo que en el mundo dice o hace mal a los
demás es del maligno, pero Jesucristo vino a enseñarme a decir y hacer el bien,
pues somos herederos de bendición para bendecir.
Por tales razones tenemos que despertar a la
verdad de Cristo, y poner la mano sobre el arado y trabajar por el reino de Dios
y su justicia, llevando la luz a la oscuridad, haciendo la diferencia con el
resto de la humanidad, pagando bien por mal, orando por quienes nos insultan,
perdonando a quienes nos ofenden, y trabajando por los demás y no solamente por
la paga.
Si continuamos durmiendo en la mentira del
mundo, en la ilusión y el engaño que ofrecen los mercaderes de la fe, aquellos
que venden ideas de salvación a cambio de donativos, ofrecen sanación por unas
cuantas monedas, simplemente nos quedaremos con las sobras que caen de la
mesa, las cuales son para los impíos,
pues Jesucristo vino a Levantar del polvo al desvalido y sacar del
basurero al pobre para sentarlo en medio de príncipes y darles un trono
esplendoroso. 1 Samuel 2:8
Vemos como el pueblo de Dios convive con el
mundo igual que los demás, en medio del hambre, las enfermedades, la pobreza,
las peleas, divisiones y toda clase de vejámenes, pues no estamos creyendo ni
obedeciendo a Jesucristo Verdadero Dios.
Pero si entre nosotros mismos vivimos así,
¿qué podemos esperar del mundo? Vemos tantas diferencias entre una iglesia y
otra, los unos dicen que los otros no son pueblo, que allá no está el señor,
que tienen doctrina no sana, y cuanto más se les ocurre decir de los otros
cristianos, ¿Qué podremos esperar que digan de quienes así actúan? A cambio de esto deberíamos orar los unos por
los otros y clamar al Señor de la mies que envíe obreros para que el pueblo que
Dios ha llamado sea salvo.
En muchos lugares hablan muchos más de las
bendiciones materiales que de Dios mismo, los que más proclaman es que Dios
vino fue a hacernos ricos, a que seamos los primeros y no los últimos, que
somos hijos del gran Rey, pero tan solo en lo material, ¿y lo espiritual que? En Marcos 9:35, dice. Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y
les dijo: —Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el
servidor de todos.
Este es el evangelio que debemos estar
predicando, el de Jesucristo, no el de la ley o la carne, solo así Si nos mantenemos firmes, seremos salvos, pues “Si morimos con él, viviremos con
él; si nos mantenemos firmes, reinaremos con él.” 2 Timoteo 2:11.
En la vida secular, casi nunca se conoce al
vecino, menos el prestarle algún
servicio, pero tristemente eso mismo pasa entre los hermanos de la iglesia,
solo nos vemos cada ocho días en la reunión y nos saludamos, pero no es más el
interés por el otro, no estamos interesados en servir, solo en que nos
sirvan. Esto tiene que cambiar si
queremos vivir cono Cristo desea que lo hagamos.
No podemos seguir permitiendo que se nos
roben las bendiciones que Jesucristo nos acercó a este mundo, él nos trajo el
reino de dios a nosotros, él es Emanuel Dios con nosotros, él se hizo uno con
nosotros para salvarnos del mundo, El y venció, levantémonos en adoración y
alabanza hasta ver su gloria.
Romanos 8:15.
Pues ustedes no han recibido un
espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un
espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: “¡Abba, Padre!”
La iglesia de Cristo son todos los que hacen
la voluntad del Padre, esos somos la familia de Cristo, por lo tanto no son
únicamente los de una congregación tal, si no todo aquel que cree en Jesucristo
y hace la voluntad del Padre. Dios te ama. Amen.
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