Al ver Moisés que el pueblo estaba desenfrenado y que Aarón
les había permitido desmandarse y convertirse en el hazmerreír de sus enemigos,
“se puso a la entrada del campamento y dijo: «Todo el que esté de parte del
Señor, que se pase de mi lado.» Y se le unieron todos los levitas”
(Éxodo 32:25-26)
Esta misma
pregunta que Moisés hizo a los israelitas debe ser hecha a todos los creyentes
de la iglesia de hoy. ¿El que esté con el Señor Jesucristo, que se pare junto
con migo, firme en su palabra para resistir al enemigo?
Dios ya ha
provisto todo lo necesario para nosotros los que anhelamos y oramos por una vida
abundante, la cual Dios ha preparado desde el principio de la fundación del
universo para nosotros. Al igual que
nuestra anhelada salvación ¡Ese tiempo ha llegado! Y es ahora.
La pureza
Jesucristo nos dice: “Bienaventurados los puros de corazón
porque ellos verán a Dios” mateo 5:8.
La pureza de corazón nos hace aptos para ver al señor, para
entrar al reino de los cielos.
Salmo 24:3-5. Del Señor es la tierra y todo lo que hay en
ella, el mundo y los que en él habitan. 2 Porque él la fundó sobre los mares, Y
la asentó sobre los ríos. 3 ¿Quién subirá al monte del Señor? ¿Y quién
podrá estar en Su lugar santo? 4 El de manos limpias y corazón puro, El
que no ha alzado su alma a la falsedad Ni jurado con engaño. 5 Ese recibirá
bendición del Señor, Y justicia del Dios de su salvación.
La pureza es mucho más que ir a la iglesia y obedecer algunos
cuantos mandatos, dichoso el que se mantiene firme en Dios, hasta alcanzar la
corona de gloria.
“La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo es bueno, todo tu
cuerpo aprovecha la luz; si es malo, el cuerpo anda ciego” (Mt. 6:22)
Podemos decir que mantenernos limpios implica cuidarnos de lo
que vemos, Pero a veces, el ojo puede estar limpio más nos puede entrar mugre
que provienen del caminar diario, de las acciones incluso de las buenas obras
que hacemos.
La manera de evitar ese peligro es manteniendo un corazón
puro, si cuando haces buenas obras no las haces con el propósito de recibir
algo a cambio, sino por amor. Debo vivir haciendo el bien aunque nadie me
elogie por ello.
El corazón puro obra por fe, quien se camufla haciendo cosas
buenas para obtener reconocimiento no tiene un corazón puro, sino que es de doble
faz, inestable en su fe.
El que está por encima de las alabanzas de otros tiene un
“ojo limpio”, es decir un corazón puro. Ese mira a Dios, entre más puro de corazón
seamos, menos necesitamos que nos elogien.
Jesús nos advirtió: ““Cuídense de no practicar su justicia
delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendrán
recompensa de su Padre que está en los cielos.” (Mt. 6:1)
Eso no quiere decir que vayas a perder el premio si los
demás, de alguna manera, te ven haciendo el bien.
Ya no tenemos excusa para hacer la voluntad de Dios. Por
muchos años hemos dado muchas excusas para no obedecer lo que Dios nos manda
por medio de Jesucristo, aludiendo que estamos trabajando por el reino,
ayudando a los demás, y hemos dejado de hacer la voluntad del padre. Debemos
cuidar nuestra salvación.
Romanos 10:16-19
16 Más no todos, los israelitas aceptaron las buenas nuevas (El evangelio). Isaías dice: «Señor,
¿quién ha creído a nuestro mensaje?»17 Así que la fe viene como resultado de oír
el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo. 18 Pero
pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí! «Por toda la tierra se difundió su voz, ¡sus
palabras llegan hasta los confines del mundo!» 19 Pero insisto: ¿Acaso no
entendió Israel?
Desde tiempos muy antiguos Dios nos ha mostrado cuál es su
voluntad para con nosotros, por medio de sus profetas, de sus siervos y hasta
por medio de reyes y gobernantes del pueblo de
Israel. Solo con el propósito de darnos un futuro lleno de esperanza, de
paz y amor, pero a nosotros su pueblo parece no interesarle su propuesta y
hemos sido tan sordos y necios que aun
después de demostrarnos su gran amor por medio de Jesucristo su hijo, no hemos
sabido aprovechar todo lo que vino a traernos para nuestro bien. Y seguimos
como si no tuviésemos nada a nuestro favor, como en el antiguo pacto donde me
tocaba ganarme toda bendición por esfuerzo propio.
Todo lo que Jesucristo hizo por mí, lo dejo escrito en su
palabra, el evangelio. Y aun mejor nos dio su Espíritu Santo para revelarnos su
palabra y darnos a conocer a Jesús.
Juan 14:26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a
quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará
recordar todo lo que les he dicho.
Juan 16:12-15 »Muchas
cosas me quedan aún por decirles, que por ahora no podrían soportar.13 Pero
cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque
no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará
las cosas por venir.14 Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a
conocer a ustedes.15 Todo cuanto tiene el Padre es mío. Por eso les dije que el
Espíritu tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.
Pero que ha pasado con su pueblo, seguimos como ovejas sin
pastor, teniendo su palabra pero sin obedecerla, porque es más fácil creer en las
personas que hablan de Dios que Dios mismo.
Quien no ha oído, visto o leído sobre Jesucristo en este
mundo te tantos avances tecnológicos e informáticos, donde hay tantísimas
iglesias predicando su palabra y dando
testimonios de su amor. Creo que toda la
humanidad ha oído hablar de Jesucristo, hasta los que viven en las selvas vírgenes
y en los desiertos, pues hasta allí han
ido muchos siervos evangelistas y
misioneros para llevar la salvación a la humanidad hasta en los confines
de la tierra.
Por lo tanto ya no hay más escusas para dejar que Jesucristo sea en nuestras
vidas lo que El mismo desea ser, lo más importante, lo más valioso, el bien más
preciado, mi padre, mi hermano, mi amigo, mi familia, mi señor, mi Dios, mi
salvador el todo de mi vida.
Todo lo que yo necesito, lo bueno, lo agradable, lo
perfecto, todo eso y mucho más quiere
ser Dios para mí, por tal razón nos dio toda la creación junto con su espíritu,
para tener unidad Jesucristo y con el
Padre santo, y así no nos faltara nada para vivir bien en este mundo, y
alcanzar la vida eterna.
Abre tus ojos al señor, al amor de Dios, a su paz a sus
maravillas, la vida no es solo lo de este mundo, debemos trabajar por lo
verdadero, lo eterno, lo imperecedero, lo perfecto. Hagamos tesoros en el cielo, sembremos para el reino, para vida
eterna.
Debemos ser conscientes de la necesidad de Cristo en nuestras
vidas, para esta vida y para la eternidad, que sea como el aire que respiramos, el alimento para nuestro espíritu
el cual tomamos varias veces al día, el
agua que necesitamos para calmar la sed,
y esto como algo real no como un ideal sino como lo más real y verdadero
para nosotros.
Dios es quien me da vida, me dignifica, me enseña a amar, a
perdonar, a dar, a servir ya todo lo importante de la vida. Esforcémonos más para agradar a Dios, hagamos
nuestro mejor esfuerzo por obedecer al Rey de reyes Señor de señores, Dios de
dioses, y veremos los resultados.
Examínate a ti mismo, mira en tu interior como estas con Dios, cuáles son tus prioridades, tus
metas, tus anhelos, si son los mismos de
cualquier persona del mundo significa que no estas agradando a Jesucristo de la
gloria, si no a ti mismo, a la carne o al mundo.
Nuestro padre eterno busca adoradores en espíritu y verdad,
¿quieres ser uno de ellos? Dedícale tiempo a la oración, a alabar al Señor, a
la lectura de la palaba de vida, busca crecer en fe, en amor, en obediencia y
servicio a Jesucristo. No te conformes
solo con trabajar para llevar a casa el sustento diario, debemos también llevar
crecimiento espiritual a nuestra esposa
he hijos. Darle a Cristo a sus corazones.
Romanos 1:18-25
18 Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el
cielo contra toda impiedad e injusticia de los *seres humanos, que con su
maldad obstruyen la verdad. 19 Me
explico: lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues él
mismo se lo ha revelado. 20 Porque
desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su
eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que
él creó, de modo que nadie tiene excusa.
21 A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni
le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se
les oscureció su insensato corazón. 22
Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios 23 y cambiaron la gloria del Dios inmortal
por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los
cuadrúpedos y de los reptiles. 24 Por
eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la
impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los
otros. 25 Cambiaron la verdad de Dios
por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador,
quien es bendito por siempre. Amén.
¿Por qué el hombre perdió el lugar de privilegio que Dios le
había asignado?
Dios mismo colocó al hombre como cabeza y le dio
autoridad sobre la creación. Pero este vendió su primogenitura por un plato de
lentejas, cambio la gloria de Dios por las riquezas materiales,
la fama y el poder. Creyéndose dios,
hizo lo que le vino en gana, y perdió toda bendición del cielo, lo que es verdadero. Para quedarse con lo material, con lo carnal,
lo vano, lo que lo lleva a la muerte. Se dejó engañar del enemigo y e hizo
prisionero de su propia vanidad y de su ambición, creyendo ganarlo todo, perdió
su alma y se la entregó al mal.
Así mismo perdió frente a la mujer su lugar de privilegio, de
ser cabeza paso a ser cola, y la mujer como derecho propio quedó delante del hombre y ahora el hombre sigue
a la mujer, y en muchos casos está siendo usado como un fetiche, solo para
satisfacción, el hombre está siendo arrastrado por el maligno a lo malo, a
liderar la delincuencia, mientras en casa a la que le toca todo el trabajo y la
responsabilidad es a la mujer, y según el
orden de Dios, ella no puede asumir el rol de padre, por tal razón hay
tanto desorden en la sociedad, tanto hijo sin identidad paternal, sin una
formación clara lo que es ser un hombre de verdad.
Al hombre de hoy, ya ni su mujer lo respeta, ni los hijos le
obedecen, pues no tiene ni la autoridad ni el amor para con ellos, por tal
razón lo cambian fácilmente como cambiar de ropa o de lugar de residencia.
Fácilmente vemos que al hombre se le hecha de su trabajo y lo
reemplazan por una mujer, pues ella no se emborracha ni llega a su trabajo
enguayabada, ni ha abandonado su casa, ahora la mujer es más responsable que el hombre, entiende mejor el
valor de las cosas y de la vida misma, valora más lo que Dios le ha dado. Ella
sabe cuidar mejor a sus hijos y a su familia, pero todo esto no es suficiente
para llenar el vacío que deja la falta de un hombre de valor en su casa, que la
ame y la respete, la cuide y la valore, que ame y forme a sus hijos en el amor
de Dios, en los valores para la vida.
¿Qué nos pasa hermanos, esta no es la voluntad de Dios para
nosotros? ¿Vamos a permitir que la obra de Dios se pierda por nuestra
irresponsabilidad? No puede ser así.
Que espera usted, hombre de Dios, para doblar rodilla en la
presencia de Jesucristo y pedir perdón por toda desobediencia, y levantarse en
autoridad sobre toda maldad del mundo y proclamar la victoria de Cristo en su
vida.
Teniendo muy claro que la mujer no nos ha quitado nada,
nosotros se lo regalamos todo al engañador, al padre de la mentira. Ahora nos
corresponde someternos a Dios, resistir al diablo hasta que el huya de
nuestro lado, por el poder de Dios en nuestras
vidas, por el sometimiento a la
voluntad del Padre.
Nada mas que de esa manera, recuperaremos lo perdido, la
lucha no es contra carne y sangre si no contra huestes espirituales de maldad, por tal razón retomemos el camino trazado por
Dios para nosotros y seremos restaurados por el Dios de la gloria, Jesucristo
el Victorioso.
Mujer, tu que estas en la iglesia, tu que tienes el
mando de su casa, tu que sabes lo importante de la oración, ora por tu esposo, por tus hijos, por los
hombres en general, para que Dios te recompense, para así agradar a tu padre
celestial y alcanzar la corona de gloria que Él tiene para ti. No permitas que el mundo se siga acabando en
una guerra sin cuartel, en una batalla de nunca acabar, donde los hombres pagan
con sus vidas, dejando viudas y huérfanos abandonados a la suerte del mundo, del pecado, de la
violencia.
Y mucho menos que sigamos luchando mujeres contra hombres en
una competencia por quien es mejor o más importante, pues Dios ya estableció su
orden y nadie podrá nunca jamás cambiarlo.
Ahora tu mujer, tienes la obligación con Dios y con la
humanidad, de orar y clamar por lo que te pertenece a ti y a tus hijos, a tu
casa, a tu familia, y es un hogar conforme a la voluntad del Señor Dios todo
poderoso, al creador del cielo y de la tierra, quien hablo y se hizo. Mujer, sé
ese instrumento en las manos de Dios para salvación del hombre, ahora
mismo que aún hay tiempo.
Recurro ti mujer, a su amor de madre, a su generosidad, a su
sumisión a Dios, a todo lo bueno que el señor te dio, para que clame por mí,
quien ahora mismo soy un hombre débil y
sometido a tentación, para que ore y clame no solo por mí, sino por todos los
hombres que tu conozcas y tus ojos podrán ver
grandes maravillas, pues eres privilegiada por Dios sobre los hombres, y
sabes llegar al corazón con amor. Yo, y todos los hombres necesitamos de tu
ayuda y de todos en la iglesia de Cristo
extendida por toda la tierra para volver a florecer, para volver a ser
productivos para el Señor.
La palabra de Dios dice: Efesios 5:23-33 Porque el esposo es cabeza de su esposa, así
como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. 24 Así como la iglesia se somete a Cristo,
también las esposas deben someterse a sus esposos en todo. 25 Esposos, amen a sus esposas, así como
Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella
26 para hacerla santa.
Esto me hace pensar que si nuestros hogares no funcionan así,
no estamos obedeciendo al señor, pero también puedo ver mucha gente en las
iglesias ocupando butacas los días de
culto, para oír y ver
predicaciones donde hay milagros y maravillas, ¿pero sus vidas cómo
están? En nuestras casas, en los lugares de trabajo, en las calles, ¿Vivimos a
Cristo? ¿Vemos su gloria? Vaya preguntas.
Son muchos los llamados y pocos los escogidos, ¿de cuál grupo te consideras, de los que se
salvan por obedecer a Dios, de los que se pierden por hacer lo que les parece?
Confío en mi Señor Jesucristo que tú y yo y todo aquel que asista a una
iglesia, este salvo por su fe y obediencia al Padre, recuerda que Jesucristo
dice:
Mateo 7:21 »No todo el que me dice: "Señor, Señor”,
entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi
Padre que está en el cielo.
Pues mi hermano, mi hermana y mi madre son los que hacen la
voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Mateo 12:50
No es solo asistir a una iglesia o lugar de culto, sino
obedecer a Dios en lo que a el le agrada, o sea hacer su voluntad.
Muchos hombres por su ambición y codicia arruinan a otros con
tal de hacerse ricos, pero esto los lleva al fracaso.
Hermano, no te dejes engañar, “Tengan cuidado y estén siempre
alertas, pues su enemigo, el diablo, anda como león rugiente buscando a quién
devorar.” – 1 Pedro 5:8.
Los triunfadores en el mundo son enemigos de Dios,
entonces sirvámosle a Nuestro Dios como
conviene, para así vivir su justicia y poder proclamar su victoria.
Mantengámonos firmes en su palabra, sin desviarnos ni a
derecha ni ha izquierda, Mas buscad primeramente el reino de Dios y
su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33.
A la verdad, este es el único método que hay para obtener la
vida eterna y además vivir bien en este mundo, obedeciendo al Señor, haciendo
su voluntad, y de esta manera
obtendremos además de la salvación, una vida digna aquí en la tierra.
Que El Señor Jesucristo, Dios todo poderoso nos siga
bendiciendo por siempre amen.
By JoseferchoZamPer
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