En
el mes de julio el Señor me dio un mensaje a través de un sueño, y me dijo:
hijo mío, usted está metido en un asunto que no le concierne, pero no te preocupes
por eso, que yo estoy contigo y te sacaré victorioso.
Mas
tú me alegas diciendo: “¿Señor, hasta cuando tengo que soportar que me pisoteen
y menosprecien, acaso, todavía no ha llegado el momento para exaltarme? ¿Cuánto
más tengo que soportar?
Entonces
el Señor me respondió, ¡Mira lo que te está pasando! Has trabajado mucho, pero ganas
poco; comes, pero no quedas satisfecho; bebes, pero aún tienes sed; te abrigas,
pero sigues con frío. Tus ganancias se desaparecen, ¡como en un barril sin
fondo!
¿Por
qué? Porque tu vida está en ruinas, dices Señor, Señor, mientras te ocupas solo
de lo tuyo, y a mí, me dejas de lado, y solo me llamas cuando estas metido en líos.
Y eso que dices, que yo soy tu Dios.
Entonces,
hijo mío, si en verdad quieres ser bendecido; obedece mi palabra. «¡Yo estoy
contigo, conozco bien tu caso, has lo que te mando y veras mi gloria!». El dinero
y toda riqueza es mía, dice el Señor.
Los
habitantes de la tierra pecan una y otra vez, más nunca se arrepienten de corazón,
por tal razón es que viven con tantos conflictos.
Rompieron
el pacto de paz con sus hermanos, persiguen a sus parientes y amigos sin
compasión, son implacables en su enojo.
Rechazaron
la instrucción del Señor y se negaron a obedecer sus decretos, se han
descarriado con las mismas mentiras que sus antepasados usaron para engañarse.
Tanto
el padre como el hijo se acuestan con distintas mujeres y así profanan mi santo
nombre.
Sus
fiestas religiosas son utilizadas para comer y embriagarse hasta perder el
juicio, y lo hacen con dineros mal habidos. De tal suerte que, los problemas
los acosan como un torbellino en una tormenta impetuosa.
Y
después gimen y lloran de vergüenza, más no podrán escapar, aunque corran
velozmente. El más fuerte se vuelve débil, ni siquiera los más poderosos serán
capaces de salvarse.
Entre
todas las personas de la tierra, solo con unos pocos de ustedes he tenido una
relación tan íntima, por eso debo corregirlos.
¿Pueden
dos caminar juntos sino se ponen de acuerdo adónde ir?
¿Cae
un pájaro en una trampa si no tiene cebo?
¿No
debería yo, estar alarmado por todo eso? Obvio sí.
Óiganme
ustedes hombres que la pasan bebiendo y comiendo, ustedes mujeres, que les
gritan siempre a sus esposos: llegará el día cuando serán enganchados de sus
narices, como un pez al anzuelo, serán expulsados de sus fortalezas. Dice el
Señor.
Por
lo tanto, vuelvan a buscarme, ¡hagan lo bueno y huyan del mal para que vivan!
Entonces
el Señor Dios será su Victoria.
Y
llegará el día —dice el Señor— cuando el fruto de su trabajo será más abundante,
que el de tierras lejanas; y nunca más serán despojados de todo lo que yo les
di», afirma el Señor tu Dios.
Jesucristo te ama y te bendice.
JoseFercho ZamPer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario