Las sagradas
escrituras nos narran el origen del universo, de la tierra, del género humano,
en general, nos relata la creación del mundo.
En el
principio creó Dios los cielos y la tierra. Esta es la afirmación del poder
total y absoluto de Dios, del único y eterno Dios, a cuya voluntad se debe todo
cuanto existe.
Juan 1.3. Todas las cosas por él fueron
hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
El universo
es resultado del Amor de Dios por la humanidad, El, con su palabra creó todo
cuanto existe, y lo hizo habitable con el propósito que el ser humano, el hombre,
viviera en el.
El hombre y
la mujer fueron formados del polvo de la tierra, es decir, de la misma
sustancia que el resto de la creación; pero Dios sopló en su nariz aliento de
vida, y fue el hombre un ser viviente.
El Señor Dios
nos ofrece su amor eterno, y es aceptado libremente por cada individuo que le
cree y lo recibe en su corazón.
Quien lo
recibe, acepta la soberanía de Dios en su vida, quien no; busca igualarse a
Dios, y en su rebeldía cierra el acceso a la vida, y se le abren las puertas
del pecado, y como consecuencia, la muerte.
Dios, en su
infinita misericordia, envía a su hijo para liberar a los seres humanos de la esclavitud,
a donde el pecado nos había conducido.
El Señor no
actúa de manera arbitraria, todo es parte de un plan perfecto de salvación que
se extiende al mundo entero.
La creación
En el
principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y
vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se
movía sobre la faz de las aguas. Dijo Dios: «Sea la luz». Y fue la luz. Vio
Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Llamó a la luz
«Día», y a las tinieblas llamó «Noche». Y fue la tarde y la mañana del primer
día.
Y así
sucesivamente, fue formándolo todo. Pero en realidad el ser humano prefiere
creer otras ideas complicadas y descabelladas; debido a que lo de Dios, solo se
puede recibir por fe.
La vida es
Jesucristo, fuera de Él, no hay vida. Pero claro, esto es solo para quien cree,
quien no cree en Dios, piensa que está vivo, y que es feliz.
Dios nos dio
la vida hace miles de años. ¿Qué hemos hecho con ella?
El origen de
nuestra propia especie esta mucho más atrás de lo que la mayoría de los autores
dedicados al estudio de los fósiles proponían hasta ese momento.
Hasta hace
poco, pensaba que la vida era absurda, cuando solo conocía que la vida era el
resultado de un proceso evolutivo natural, cuando creí que el origen de la
verdadera vida era Dios, comencé a aprender el verdadero sentido sobrenatural, el
cual está más allá de lo natural.
La vida en
la tierra no es el resultado de un acto directo de creación divina, o simplemente
que haya aparecido de un momento para otro, pues todo lo natural tiene su
proceso natural, pero la vida espiritual, que es la verdaderamente valiosa,
solo viene de Dios, del espíritu, esta vida es la que ahora tiene sentido para
mí.
Pero esta
vida natural, la que todo ser en la tierra vive, es creación de Dios, por la
sencilla razón de que es perfecta, y sabemos que el hombre no existía antes de
que apareciera el hombre en la tierra.
Si miramos
los distintos órganos del cuerpo, vemos lo perfectos que son: por ejemplo, el
corazón, que motor hay más perfecto que este. Nunca deja de trabajar, no se
recalienta, no necesita mantenimientos periódicos, no usa gasolina, menos acpm,
y que labor tan valiosa para la vida realiza.
Y qué decir
de los pulmones, se inflan y se desinflan por muchos años sin parar, las fallas
que presentan son minucias al lado de la grandes ventajas que nos dan.
La Tierra está poblada por una gran variedad de
formas de vida, entre las que estamos los seres humanos.
La vida
humana supone un crecimiento cada vez más elevado, de superioridad frente a las
demás formas de vida; pero a la hora de la verdad, esto no sucede, vivimos en
un grado de complejidad moral y espiritual de difícil solución.
Únicamente
en la forma espiritual es posible evolucionar a seres humanos perfectos, de una
complejidad privilegiada.
Según el razonamiento
humano, el hombre es la medida de todas las cosas, todo gira alrededor suyo; solo
nos hemos enfocado en “lo mío”, lo demás no me incumbe.
Solo Dios
tiene un glorioso futuro para el ser humano, pero parece que no hemos aprendido
de Él, somos sus mensajeros, pero no lo escuchamos.
Solo
atinamos a decir: no puedo, perdóname, no tengo alternativas, todo es
confusión.
Esperamos milagros,
pero la vida y todo en este mundo lo son, que esperamos para creer. Podemos ver
que a los seres humanos nos interesa más el “tener que el Ser”. La vida parece
tener un solo propósito; el dinero.
Pese a la
presión humana, aún sobrevivimos, debido a que aún existen algunos seres humanos
inteligentes sobre la faz de la Tierra. Pero esto no siempre ha sido así.
¿Qué quiere
decir todo esto? Sencillamente, que si Dios no hubiese creado la vida sobre la
tierra, no estaríamos ahora aquí compartiéndolo.
Para
algunos, el hombre vivirá para siempre aquí en la tierra, para otros, la destrucción
del hombre es algo inminente.
¿Pero será
que la vida depende sólo de nosotros?
Seremos tan ciegos
para pensar ¿que no hay alguien superior a nosotros como creador, que todo lo
que existe provino de la nada existente, que todo tiene una explicación? ¿Será que
el desorden produjo tantas maravillas?
Ninguna vida
es superior a las demás, porque ninguna está a salvo de la hecatombe.
Todos somos
cada vez más conscientes de que la vida es frágil, pero en la práctica, estas cosas
no nos preocupan.
En otras
palabras, y para complicar más las cosas, el hombre es cada vez más inestable,
más alejado del equilibrio, y de todo esto depende la complejidad del problema.
Antes de que
la verdad fuese comprendida, pensaba que los más de 3.000 millones de años de
evolución no habían servido para nada, y de que sólo somos una especie
cualquiera, cosa que no es cierta, pues somos de gran valor.
El hombre no
es sólo un animal mas, somos la especie más inteligente, y gracias a eso ha
sido capaz de aceptar que hay alguien más grande que el mismo.
Pero mantén
la calma, estás vivo, solo espera, todo a su debido tiempo.
Imaginemos
brevemente cómo sería nuestra vida si pudiéramos tener el control de nosotros
mismos.
Es curioso,
antes me preocupaba mucho, y todo eran obstáculos para mí, me costaba trabajo creer.
Cuando
pienso en la hora de mi muerte, no hay más obstáculos, se caen como fichas de
dominó. Solo han sido hipótesis, solo ideas.
Todo lo que
nos hace humanos está desapareciendo. No sé qué hacer.
Hemos creado
una escala de valores para olvidarnos de lo verdaderamente importante, los humanos
no son la unidad de medida y el mundo no se rige por sus leyes.
Dada nuestra
naturaleza pecaminosa, el poder suele traernos inestabilidad y caos.
Qué bueno
sería que el hombre comprenda y acepte el sacrificio de Jesucristo.
La mayor
dicha del hombre es reverenciar tranquilamente lo inexplicable.
Jesucristo te
ama y te bendice.
JoseFercho ZamPer
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