Muchos no creen en Dios, pero Dios si cree en nosotros.
Existen pruebas científicas que constatan que la psicoterapia espiritual ayuda a las personas que luchan con las condiciones de salud mental.
Me atrevo a afirmar que la desconfiguración espiritual es tan grave que, se pone en riesgo el equilibrio interior y nuestra salud mental.
En la calle todos temen ser víctimas de las amenazas de los facinerosos, al punto de que sus emociones le juegan las más crueles pasadas, sin embargo, en nuestro interior habita siempre la más poderosa fuerza del ser humano, el espíritu.
La espiritualidad es antídoto contra la ansiedad, la depresión, la falta de sentido y el sentimiento de soledad que tanto aturde a nuestra sociedad, porque el alma humana siempre ha buscado una conexión con lo divino.
Construye una vida espiritual, y serás menos vulnerable a las hostilidades del mundo. Es la única trinchera real en la que podemos escondernos, mientras que afuera en el mundo caen bombas de tristeza y granadas de desesperación.
Sana tu vida, perdona a todos los que te han agredido, suelta el rencor y el resentimiento, retoma el control de tu vida. Somos seres espirituales con una experiencia humana.
La espiritualidad real es la verdadera medicina para sanar las heridas del alma, nos permite ver la belleza en todas las imperfecciones de la vida. La paz interior nos provee de amor, compasión y empatía, así podemos perdonar cuando nos ofenden.
La salud espiritual nos ayuda a llegar a un punto de victoria sobre la misma realidad.
La salud espiritual es igual de importante que la salud física y la emocional, pero muy pocos saben qué es o en qué consiste, no obstante, cuidar de esta es esencial, sobre todo, cuando se trata de mantener buena salud.
La salud espiritual nos da propósito y sentido de vida, generando un “estado de bienestar físico, mental y social”.
El sufrimiento
no es solamente físico o las molestias del cuerpo, abarca a todo el ser, es
decir, el cuerpo, la mente y también el espíritu. La una afecta a la otra, de
forma positiva o negativa, según el cuidado que la persona tenga. Si sospechas que
algo está mal, si sientes síntomas como temor, vergüenza, deseo de aislarse,
dependencia, agotamiento y falsas esperanzas; revisa tu salud espiritual o tu
fe.
Esto quiere
decir que, es esencial considerar al individuo afectado desde cada una las
áreas de la salud, incluyendo la salud espiritual. Ya que la afección no
perjudica únicamente al cuerpo físico, también afecta la parte emocional y
espiritual.
La salud espiritual es la búsqueda de significado, de propósito y sentido de la vida. Sin importar la religión, cultura o creencias, todos tenemos necesidades espirituales, son interrogantes en relación con el propósito de vida, de donde vengo y para donde voy.
Generalmente
cuando ocurren problemas en la vida, la autoestima se ve afectada, ya que
sentirse enfermo, inseguro, temeroso o sin recursos económicos, nos desestabiliza
la parte emocional por tanto se nos derrumba la felicidad.
En el vasto y misterioso mundo de la física, uno
de los enigmas más intrigantes que ha cautivado a científicos, filósofos y
pensadores durante décadas es el efecto de la conciencia en la materia. Este
concepto desafía nuestra comprensión tradicional de cómo el mundo funciona y
plantea preguntas profundas sobre la naturaleza de la realidad.
En pocas palabras, tu realidad material en este mundo, caótico o no, depende de tu relación con el universo. Una relación que comienza en el espíritu, desde una conciencia espiritual, la cual emana de la inteligencia Espiritual, implantada por Dios en medio de nuestro ser interior, como una semilla plantada en el campo, la cual a través de un proceso natural nace, crece, se reproduce y da frutos. Así mismo funciona el espíritu dentro de nuestro ser.
JoseFercho ZamPer.
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