El Paraíso
en la tierra.
El
paraíso está más allá de donde sale el sol y donde se encuentra nada más que Dios,
que abarca todo el mundo hasta los cielos.
Es
como un mar de agua dulce y clara, la más deliciosa al paladar, cuando un
hombre y una mujer se unen en amor, se trasciende al paraíso. Dios creó tal unidad a su buen juicio, porque
él sabía que el hombre necesitaría hallar ese paraíso, una vez expulsado del
jardín del Edén por su transgresión.
Los
hombres deberían vivir en la tierra, Y entre ellos encontrarse, unir sus almas y
llegar a Dios.
Así
Dios, que es misericordioso y de gran amor, que gobierna a su pueblo y todas
las cosas de la manera que sólo él sabe; tuvo a bien dejarles un pedacito de
cielo en su interior para que juntos; Hombre y mujer, lo hallasen. Además de
eso, Dios envió su Palabra para alentarnos.
Dado
que el hombre había visto en el jardín, solo a su mujer, la consideraba bella y
única, pero ya por fuera del jardín, observó todo tipo de seres, y los veía extraños,
pero esto comenzó a desviar su corazón hacia las cosas terrenales, pasándose así
a su estado caído.
Dijo
Dios al hombre, escucha y atiende a mi palabra, y tú y tu descendencia vivirán de
pie, no quedarán caídos para siempre. El
hombre oró a Dios para que se le explicara, entonces Dios en su misericordia, envió
a su hijo Jesucristo para que lo salvara a él y a su descendencia. Mas sin
embrago el hombre se dejó tentar por la codicia, y temblando volvió a caer.
En
el interior del hombre que piensa, al ver que eso lo lleva a la muerte, clama a
Dios y vuelve a hallar misericordia. Por tanto, fortalece tu corazón y
permanece fiel, y serás confortado por la palabra que Dios te ha enviado.
Muchos
hombres al sentir la culpa viven en una cárcel de castigo en este mundo, con tanta
estrechez, en oscuridad, en una tierra llena de piedras improductivas, que sus cuerpos
languidecen de dolor. Todo esto les impide ver el paraíso, el cielo que está dentro
de ellos.
Muchas
mujeres, al ver la terrible situación de sus hombres, se sientan a llorar a su
lado, porque saben que ellos ya están muertos; pero luego se levantan con sus
manos hacia Dios, pidiendo misericordia y piedad, diciendo: mira a tu siervo,
caído de esta manera, haz que pueda arrepentirse de su transgresión, y llévalo
de vuelta a la vida. No nos dejes en este calabozo, yo sola sin él en este
mundo no podría estar.
Tú,
oh Dios mío, tomaste un hueso de su costado y me hiciste mujer, con corazón y
razón, por tu misericordia y tu poder. Oh Señor, él y yo somos uno, y tú, oh
Dios, Creador nuestro, te pido, devuélvele la vida, para que pueda estar
conmigo en esta extraña tierra, por el tiempo que vivamos en ella. Pero si no
vas a darle vida, entonces llévame como a él; para que ambos podamos morir el mismo
día.
Usted
ha pecado por su propia y libre voluntad, por su ambición y deseos de grandeza,
no se mantuvo firme en su fe hacia mí, y buscó divinidad para sí mismo; así dejaste
mis mandatos, por lo tanto, han llegado a usted todos esos dolores, y si sigues
endureciendo su corazón, estarás bajo maldición para siempre.
Cuando estamos sometidos a Dios, nuestra naturaleza
es espiritual, por tal razón podemos ver las cosas celestiales. Pero después de
pecar, lo brillante se vuelve oscuro y ya no podremos ver las cosas celestiales,
solo lo que es de la tierra y que está al alcance de las manos, la capacidad de
la carne, que es brutal.
Cuando
estamos con Dios, no nos preocupamos por nada, pero desde que vivimos en esta
tierra extraña, todo ha sido difícil y hasta la vida se nos va terminando de distintas
maneras. Cuando estaba en tu presencia no
necesitaba de la mujer, pero desde que vivo en esta tierra no puedo vivir sin
ella.
Mientras
ustedes estaban en obediencia a mí, no sabían de necesidades carnales, pero
ahora que han transgredido mi mandamiento, necesitan alimentar su cuerpo y
hacerlo crecer, por ahora vivan junto a su mujer los recuerdos de los gloriosos
días en el Jardín.
Muchos
hombres viven en tal oscuridad, que no pueden ver mujer alguna sin el deseo de
pecar, por la profunda oscuridad espiritual en la que viven. Y ellas, por miedo
se mantienen cerca de él, su cuerpo hecho de carne necesita de la piel para soportar
el frío y el calor.
Pero
esta oscuridad no dura para siempre, solo basta con volverse al Señor y terminará,
la luz te resplandecerá como el día. No te aflijas ni te turbes y no digas en
tu corazón que esta oscuridad no pasará. Fortalece tu corazón, y no tengas
miedo. Mira que yo estoy contigo, yo seré tu luz con el fin de que tú y tus
hijos puedan vivir.
"Oh
Señor, toma mi alma, y quita de mi todo pesimismo ocasionado por mi desobediencia
y pecado, "Toda esta miseria que ha caído sobre mí a causa de mi transgresión
me tiene esclavo a este mundo y a la carne. Después de esto, el hombre y su
mujer, vieron la luz al amanecer de un nuevo día.
Como
Satanás vio que el hombre y su mujer siguieron en su oración, y cómo Dios tenía
comunión con ellos, y los reconfortaba, se esforzó por engañarlos imitando la
luz del mundo, con el fin de que cuando los hombres vieran esa luz, pensaran
que era la luz verdadera, la celestial, y que pensaran que los ángeles habían
venido para traerles luz en medio de su oscuridad. Y así cedieran ante su
presencia y otra vez serían humillados delante de Dios. A muchos hombres les
pareció bien esta luz, y creyeron que era real, y se fortalecieron sus
corazones, sin embargo, se mantenían temerosos y temblando delante del Hombre y
su Mujer.
Estos
nuevos iluminados llenan las iglesias que ellos mismos han construido con sus
propias manos, con los diezmos y las ofrendas de sus seguidores. Sus muchas alabanzas
que entonan no han sido suficientes para agradar a ese dios que los ilumina, sino
que cada vez más los acorrala en su cueva.
Los
hombres de este mundo no alcanzan a percibir la verdadera luz, la de Jesucristo,
por tal razón no pueden ver la horrible forma que tiene el pecado en sus vidas,
ni el mal que les ocasiona. Creyendo que
todo es bueno, que solo porque a ellos les agrada, ya está bien lo que hacen. Como
muchos hombres no tienen discernimiento de espíritu, y no pueden comprender lo
que pasa, queriendo agradar a Dios, no alcanzan a agrada ni a sí mismos, por falta
de esfuerzo y valentía en sus corazones.
Sin
embargo, Dios que conoce el corazón del hombre, y ve su mansedumbre, lo advierte
con su palabra y le dice: hombre, debes saber que Satanás trata de engañarte a
ti y a tu familia con mentiras y engaños tan sutiles, que ni te das cuenta.
Dios
en su infinita sabiduría, nos mandó el espíritu santo para que estuviese
siempre con nosotros y nos guíe en medio de tanta oscuridad del mundo.
Mas
el hombre está preocupado por la idea de unirse a su mujer, porque un día escuchó
estas palabras de satanás; La primera vez que comí del árbol, Dios me expulsó
del paraíso, y me puso a pasar trabajos en esta tierra, entonces si hago esto, me
cortará de la tierra y me enviará al infierno.
Pero
Dios nunca nos ha dicho tales mentiras. Él lo expulso fue por desobedecerlo, no
por unirse a su mujer, por la codicia y la ambición de poseerlo todo. Por eso tengan
cuidado de no dejarse tentar de satanás.
Entonces
el Hombre se unió en sagrado matrimonio con su mujer, y tuvieron hijos, y de ahí
en adelante todo cambio para bien. Ya la tentación no pudo contra el Hombre,
porque tenía a su propia mujer, quien lo hacía sentirse en el paraíso mientras
vivió aquí en la tierra.
JoseFercho ZamPer.
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