¿Quién es el hombre, para que te
acuerde de él?
¿Quién
es el hombre, para que te acuerde de él?
Humanos,
somos la especie más inteligente del planeta.
Se
estima que el universo nació hace unos 15 mil millones de años, pero la
historia del hombre es mucho más breve.
¿Qué
hacemos en este mundo, quien nos puso aquí? ¿Cuál es nuestra misión?
¿Te
lo has preguntado alguna vez?
El
ser humano es la única especie que roba, mata y destruye, por mera ambición,
con un placer malévolo; disque buscando el bien de la humanidad. Esta especie
es la única que no sabe convivir en paz con las otras especies. Los primates
desarrollaron características tales, que le permiten convivir hasta con el
hombre.
Estoy
seguro de que nuestra misión es muy distinta a lo que estamos haciendo con el
planeta, acabándolo. Este planeta no es nuestro, estamos aquí para vivir en él,
es prestado, y su cuidado está en nuestras manos. Pero parece que estamos
empeñados en destruirlo.
El
mundo es de todos los que aquí habitamos; los animales, las plantas, el hombre,
y toda especie que en el habita, cuidémoslo.
La
tierra se está muriendo, la estamos asesinando rápidamente; muchos científicos
lo han confirmado. Nos quedan pocos años aquí en este bello, hermoso y
maravilloso planeta. Si podemos hablar, digámoslo al mundo, si podemos amar,
amemos al hermano y al prójimo, si podemos hacer algo por nosotros mismos,
cuidemos la naturaleza.
Abre
los ojos, te estas muriendo junto con el planeta, y no te has dado cuenta. Este es el único mundo habitable para la raza
humana, en muchos años luz alrededor, ¿por qué acabar con nuestra casa? ¿Por
qué acabar con todo, para después ponernos a pedir limosna?
El
ser humano es la parte consciente e inteligente de la Tierra, representa la
complejidad de la Madre Tierra, en El, se muestra la conciencia y con ella la
inteligencia, la sensibilidad y el amor. El ser humano es esa porción de Tierra
que, en un momento empezó a sentir, a pensar, a amar, a cuidar y a venerar.
En
otras palabras, nosotros no estamos, ni fuera ni encima de la Tierra, somos
parte de ella, junto con los demás seres que ella generó. No podemos vivir sin
la Tierra, aunque ella pueda continuar su trayectoria sin nosotros.
A
nosotros nos fue confiado el cuidado de la Casa, nos toca vivir y buscar el
mejor trato entre la Tierra y la humanidad, solo así se garantizará la
sostenibilidad de la vida. Somos los seres impregnados de afecto, con capacidad
de sentir, de dar y de recibir afecto. De ella nacen las pasiones, los sueños y
la sensibilidad.
Pero
aún mejor, el ser humano está provisto de inteligencia espiritual, la cual está
primero en el universo, en la Tierra y luego en el hombre. Es la capacidad que
muestra el universo de hacer una unidad sinfónica de todas las relaciones, por
la complejidad de la vida. De ser los
"salvadores del planeta", hemos pasado a ser su depredador, "su
enemigo". "El reto es restablecer la armonía entre el hombre y la
Tierra", "Sólo el amor a la naturaleza, la pasión por la vida y la
certeza de que formamos parte una comunidad total que va desde la bacteria al
hombre, nos dará fuerzas para defender el único hogar que tenemos: un pequeño
planeta perdido en una galaxia remota al que hemos dado en llamar Tierra",
debemos vernos a nosotros mismos en el espejo de la naturaleza.
Hay
una gran dificultad para tomar conciencia de los problemas urgentes del cambio
climático. En medio de aquel tumulto se encuentran: el aullido del lobo, el
vuelo del halcón, el águila perdicera, el buitre quebrantahuesos, el último
lince, el macho montés y el lirón careto. Especies que forman parte de nuestros
recuerdos de la infancia.
El
hombre está integrado en los ecosistemas, es absolutamente imposible hablar de
la naturaleza y de la ecología sin hablar también del hombre.
Es
necesario orientarnos más hacia el desarrollo rural, desde una perspectiva
humanista. "equilibrar la
balanza" entre la recuperación de los espacios naturales y la
reintroducción de especies y el presente y futuro de "las personas que aún
viven o podrían vivir en el futuro en estos espacios semi abandonados".
Necesitamos
una conciencia más social, más espiritual, desde la educación a la economía. El
hombre es un poema tejido con la niebla del amanecer, con el color de las
flores, con el canto de los pájaros, con el aullido del lobo y el rugido del
león".
¿Acabará
el hombre con la Tierra?
“Una
generación se va, y una generación viene; pero la tierra subsiste aun hasta
tiempo indefinido.” Estas palabras destacan el contraste que existe entre
nosotros y la Tierra. Nuestro planeta ha visto pasar una generación tras otra.
Sin embargo, siempre ha demostrado tener la capacidad de resistir y seguir
sosteniendo la vida. Pero parece que eso está cambiando.
El
hombre ha dañado tanto la Tierra que los ciclos de la naturaleza pueden empezar
a fallar, es tal el impacto de las actividades humanas sobre el planeta, que
hemos entrado en una nueva era a la que llaman Antropoceno.
¿Hasta
cuándo seguiremos destruyendo el planeta? ¿Llegará el punto de no retorno?
Apocalipsis
11:18 Las naciones se llenaron de ira, pero ahora el tiempo de tu ira ha
llegado. Es tiempo de juzgar a los muertos y de recompensar a tus siervos, los
profetas, y también a tu pueblo santo y a todos los que temen tu nombre, desde
el menos importante hasta el más importante. Es tiempo de destruir a todos los
que han causado destrucción en la tierra».
¿Será
que la Tierra está llegando a su límite? Es muy difícil predecir el efecto del
cambio climático, estamos llegando al punto en que debe haber cambios
repentinos que eviten los resultados desastrosos.
Y
La deuda sigue aumentando. Por desgracia, tal como la deuda de las naciones
aumentó hasta causar la reciente crisis financiera, la deuda ecológica con el
planeta sigue aumentando. El ser humano consume los recursos naturales a tal
ritmo que no le permite al planeta recuperarse. “No tenemos ni idea de cómo
administrar nuestro planeta”.
Jeremías
10:23 Yo sé, Señor, que nuestra vida no nos pertenece; no somos capaces de
planear nuestro propio destino.
Dios
se esmeró en preparar el planeta, al principio, la Tierra “se hallaba sin forma
y desierta y había oscuridad sobre la superficie”. Entonces Dios dijo: “que se
haga la luz”, entonces los rayos solares comenzaron a atravesar la atmósfera y
hubo luz en la Tierra por primera vez. A continuación, se menciona que surgió
el suelo seco y se formaron los mares. Después, la Tierra “empezó a producir
hierba, vegetación que da semilla, y árboles que llevan fruto”. A partir de
entonces se dieron las condiciones para que comenzaran los procesos y ciclos
necesarios para la vida, como la fotosíntesis. ¿Por qué se esmeró tanto Dios?
El
profeta Isaías dijo que Dios es “el Formador de la tierra y el Hacedor de ella.
Aquel que la estableció firmemente, la formó para ser habitada”. Está claro que
Dios quiere que la Tierra esté habitada por el hombre para siempre.
Lamentablemente,
el ser humano ha usado mal este hermoso regalo de Dios y está a punto de
arruinarlo. A pesar de ello, el Creador no ha cambiado sus intenciones. Un
escritor de la antigüedad dijo: “Dios no es como los mortales: no miente ni
cambia de opinión. Cuando él dice una cosa, la realiza”.
Dios
no dejará que el hombre destruya la Tierra; pronto causará “la ruina de los que
están arruinando la tierra”. El Reino de Dios es el gobierno que hará realidad lo
que Dios siempre ha querido para la Tierra.
Mateo
6:10. Que tu reino venga pronto. Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se
cumple en el cielo.
Los
gobiernos actuales “están arruinando la tierra” y son responsables de la
condición crítica en la que vivimos.
La
Tierra es demasiado hermosa como para arruinarla, pero el hombre esta abusado
de ella. Por culpa de las actividades humanas, el suelo ha sido transformado
por la acción directa del hombre, lo que ha perjudicado gravemente la
biodiversidad, el ciclo de los nutrientes, y el clima.” “Aproximadamente el 85%
de las ciudades están sobre pobladas.
El
planeta está envuelto por una capa muy delgada como si fuera la cáscara de un
huevo, la cual protege la vida. La biosfera está formada por los seres vivos y
el entorno en el que viven: el aire, la tierra y el mar. Dicho entorno les da a
los seres vivos la energía y los nutrientes que necesitan para vivir. Por
ejemplo, las plantas absorben energía del Sol a fin de transformar el dióxido
de carbono, el agua y los minerales en oxígeno y alimento. A su vez, los seres
humanos y los animales consumen oxígeno y alimento, y generan dióxido de
carbono y otros residuos. Entonces, el ciclo vuelve a empezar. De este modo, la
biosfera puede sostener la vida indefinidamente.
No
es de extrañar que la Biblia describa a Dios como “Aquel que firmemente
estableció la tierra productiva por su sabiduría”, “la parte habitable de la
Tierra está perfectamente adaptada para el uso y disfrute del hombre”.
El
inexorable paso del tiempo, la rapidez con la que evoluciona nuestro entorno,
las prisas que caracterizan al ser humano de hoy en día y la profunda huella
que éste deja a su paso han cambiado el rostro de nuestro planeta a marchas
forzadas. Como resultado, podemos observar los espeluznantes efectos del cambio
climático, como la desaparición del glaciar Columbia en Alaska, la rápida
deforestación del Amazonas en Brasil, o la desaparición del lago Urmia en Irán.
En algunas ocasiones, pese a ser muy escasas, se pueden observar cambios
positivos para el ser humano, como las técnicas de irrigación en pleno desierto
en Arabia Saudí.
Después
de observar la huella del hombre en la Tierra, nos preguntamos; ¿hasta dónde
nos va a llevar el ansia de crecer sin control y por encima de nuestras
posibilidades?
El
hombre como portador de un alma, es libre, solo cuando recobra la unidad
entera, cuando forma parte de un pueblo libre. Cada día será más indispensable
cumplir una función en el mundo para que el mundo nos respete.
El
hombre no puede ser libre, si no vive como un hombre libre, y no puede vivir
corno un hombre libre, si no se le asegura un mínimo de existencia.
El
hombre incorpora siempre a sus tareas, valores espirituales, entre los que
despunta con pureza la fidelidad en su relación con Dios, a quien exalta y se
somete.
Salmos
8:4 ¿Quién es el hombre, para que te acuerde de él, y el hijo del hombre, para
que lo cuides?
Mira
por dentro, escucha tu voz interior, tu corazón te grita pidiendo ayuda,
atiende a la voz de tu clamor, mira que no somos más que tierra, de la cual
salimos y a la cual vamos a volver.
Primero,
empieza por cambiar tu mismo, luego ayuda a otro. Haz que tus hijos lo sepan, y
que lo entiendan, necesitamos de todos, tanto de la humanidad como de la
tierra, para poder vivir.
Tus
victorias serán nada comparadas con las bendiciones que Dios tiene para ti.
El
planeta somos todos. Cuidémoslo.
Jesucristo
te ama y te bendice.
JoseFercho
ZamPer
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