Sentí un
fuerte garrotazo en mi cabeza, cerré mis ojos, y al volverlos a abrir me vi a mí
mismo, me alejaba a gran velocidad hacia el vacío, a la nada, sentí miedo y
grité, luego un ser alto me toma de la mano y me guía por un campo enorme con
colinas, veo personas allí que no identifico, no hay miedo, solo tranquilidad y
este ser que me lleva de ese lugar a otro.
Sentí
abandonar mi cuerpo por la misma parte donde se golpeó, todo se nubló por un
segundo, que parecía una eternidad. Recordé a mi esposa, a mi familia, jamás había
visto tal dimensión de lo que es el amor de la familia.
En medio de
esa situación angustiosa, pasaba por delante de mi vida todo lo que considere
importante, al menos no estoy solo en esta miseria que siento, parecía como si
todos estuviéramos aquí para aprender a morir.
De repente,
me desvanecí, vi salir mi "cuerpo" sin ningún dolor, mi cuerpo se
quedó sentado en el borde de la escalera. Me fui caminando por un túnel oscuro,
a medida que avanzaba por el túnel, una serie de manos trataban de agarrarme
sin lograrlo y yo seguía avanzando hacia la luz del fondo.
Me
preguntaba qué estaba pasando con esas personas que estaban atrapadas allí dentro
de un túnel oscuro y frio, porque no podían seguir, y porque me querían
agarrar, sería para que los ayudara a salir o para atraparme junto con ellos a
aquella oscuridad tan fría.
Me vi en mi
niñez, cada imagen, cada momento, pude ver los pensamientos que tuve en la vida,
Me sentí objeto de un amor sin límites, a gusto como en un regazo.
Me sentí
acogido, amado, perdonado, gozando de una paz infinita, lleno de felicidad.
Las palabras
son muy limitadas para describirlo, el amor era íntimo, profundo, muy
fraternal. Ese amor me conocía interiormente, me sostenía entre algodones.
Escuché una música
hermosísima, era parte de mí, y yo parte de ella, me sentí totalmente libre. Todo
era amor, supe cosas sin oír una sola palabra, solo amor.
Comprendí que
estamos equivocadas con respecto de Dios, las religiones lo hacen todo tan
complicado cuando en realidad es todo tan sencillo. Dios es sólo Amor y todos
somos parte de él, somos su creación, somos amor.
“¿Qué somos nosotros?
Yo no soy solo,
no soy “mío” en absoluto, estamos todos entretejidos y somos todos partes, del
tejido de Dios. Sin embargo, Él nos deja
a cada uno de nosotros espacios vacíos, para ser llenados con luz o con oscuridad.
Estamos hechos de Dios, pero se nos ha dado libre albedrío. No hay manera de esconder nada, solamente su
fuego puede limpiar los puntos oscuros.
El amor es
nuestra casa, él nos atrae a la luz, mi cuerpo es su casa, su lugar de
permanencia aquí en la tierra.
No hay nada
en mi existencia humana que se compare con el amor que sentí en él, el amor que
el expresa es completo y lo envuelve todo por completo, de tal manera que el
contacto humano no lo puede expresar.
Todo quedó a
oscuras, sentía como si estuviera cayendo en una oscuridad increíble y violenta.
Yo estaba muy asustado y preocupado, aunque siempre he sido una persona de
carácter fuerte y no me intimido fácilmente. Sabía que iba a morir y pensé que
mi vida había terminado, me resistía, pero todo era más fuerte que yo, ya no tenía
el control.
Mi
consciencia examinó mi cuerpo, de arriba abajo, sentí empatía y abrumadora
compasión por mi yo físico, iba corriendo por un piso de nubes, estaba vestido
con la ropa que tenía, un jean azul, una camiseta blanca, y mis botas
de vaquero, de repente escuché una voz voltee y caí a un abismo.
Deja de
escuchar, ver y sentir lo que pasa en el plano terrenal, observa lo que pasa en
el plano espiritual, oirás la música celestial en tu corazón, sentirás la paz en
tu espíritu, veras que la luz toma figura humana para ayudarte.
Vacíos de experiencia,
pero lo abarcamos todo con el pensamiento.
Dios es Amor,
él nos trata con Amor, no hay juicio en su mirada, solamente Amor. Necesitamos perdonarnos
a nosotros mismos para poder vernos como parte del Amor, ¡el Amor es lo único
que importa!
Cuando llegué
ya había sol y a lo lejos varias personas que me observaban, junto a la casa un
hombre me sonrió, le pregunté que si había ido a recibirme, pero él respondió
que no, que solo había ido a hablarme, que tenía que regresarme porque estaban esperándome
en casa, que mi padre estaba enfermo y que tenía una vida por delante, me dijo que
todo cambiaría si perdonaba. Que debía volver con quienes había dejado en casa y solucionar los problemas.
Realmente,
fue una advertencia hecha desde el amor, pude sentir el cariño con el que me hablaba,
y aconsejándome como una madre a su hijo.
Durante toda
mi vida, el momento más consciente ha sido el de mi muerte, lo más claro y real,
con más enseñanza que los muchos años de estudio.
Él era el mismo
hombre que vi, todo lo perdido se encuentra allí.
Cada uno de
nosotros creemos saber sobre el amor y la compasión, pero el verdadero amor está
mucho más allá de cualquier sensación que podamos experimentar en la Tierra. El verdadero amor es Dios, encarnado en su
hijo Jesucristo.
El señor Jesucristo
te ama y bendice
JoseFercho ZamPer
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