En
un mundo donde todo comportamiento está condicionado e influido por cánones
sociales y reglas que debes cumplir para encajar en ella, lo más difícil es que
quede tiempo para ser tú mismo. Siempre existe en nosotros esa necesidad innata
de ser aceptados, pero para serlo, debemos adaptarnos al grupo, usar el mismo
lenguaje y adoptar un comportamiento parecido a ellos. Y no es que esté tan
mal.
A
veces nos sumergimos tanto en el grupo, que nuestros propios sentimientos se
llegan a condicionar, dejamos de escucharnos a nosotros mismos, y actuamos en
modo automático. Nos sentimos cómodos por la aceptación, pero conforme pasa el
tiempo, empezamos a sentir una deuda con nosotros mismos. Lo que era un salón
de oro, empieza a tener barrotes, pues nos hemos encerrado en un mundo falso.
Es triste darse cuenta de que hemos vivido dejándonos llevar por las voluntades
de los demás, sin tomar decisiones sobre nosotros, sin saber si eso es lo que
queremos hacer.
¿Por
qué no nos gusta expresar libremente lo que sentimos, y esto sin que fuera
necesario herir? ¿Por qué no hacemos lo que queremos hacer, lo que nos gusta?
¿Por qué perdemos tanto tiempo queriendo agradar a los demás en vez de pensar
en nosotros mismos?
Cada
vez que una persona decide por sí misma, lo que quiere hacer, rompiendo
esquemas y reglas sociales, incluyendo aquellas retrógradas que nos imponían
nuestros abuelos a través de nuestros padres, que eran muy duras y a veces sin
sentido, la gente nos empieza a ver diferente. Piensan que somos egoístas,
creen que ponemos en peligro el bienestar general por el nuestro… Pero claro,
no hay por qué dejarse llevar de lo que otros piensan, necesariamente.
Empezamos a ser seres chocantes, con un comportamiento impresentable.
El
mundo es muy diverso, pero el valor real de la vida es “ser uno mismo”. Si comportarse
diferente te hace raro, eres especial. Si tú tienes “miedo” a no encajar, a ser
rechazado, a las críticas, a lo que piensen de ti, entonces sí que tienes
problemas, porque esto te impedirá ser tú mismo. Debemos entender que, hacer lo
que queremos no significa ser uno mismo, pero claro, hay reglas sociales que
suponen lo que es “correcto”.
Es
necesario tener valor para aceptarnos como somos, porque cuando los demás nos
rechacen, con sinceridad ahí es cuando sabemos lo que realmente somos. Aquí es cuando
nuestro diseño aporta un gran potencial como herramienta de cambio.
Somos
seres únicos e irrepetibles, diferentes a todos los demás seres que habitan
este planeta, aun siendo igualitos.
Diariamente
tomamos decisiones entre múltiples opciones, depende de cada uno para tomar la
suya propia, y no la que los demás decidan tomar, ahí se verán las diferencias,
y el éxito personal.
Muchas
veces vamos a contracorriente con los demás, qué sucede dentro de nuestro
cerebro cuando pensamos distinto al resto; si estar de acuerdo con los demás
hace que el cerebro active zonas asociadas con la sensación de recompensa.
Cuando
no somos socialmente populares, se activaba en el cerebro las luces de alarma, como consecuencia, somos propensos a cambiar la
forma de pensar, y así mostrarnos como somos. Los que nadan a contracorriente
han contribuido en mucho al avance de la especie. Atrévete a ser diferente.
Sin
duda alguna, comportarse de forma distinta, genera una cultura creativa e innovadora,
en cuanto al lenguaje, el arte y las tecnologías. Miremos a Galileo, Darwin,
Newton, Einstein, y tantos otros raros de la historia humana, para entender que
el “Ser distinto” en muy bueno. Las mentes curiosas son valientes e intrépidas,
por eso, atrévete a ser diferente.
La
autenticidad es valentía, el no temer al juicio de la mayoría y mantener la
coherencia con uno mismo, tiene un plus añadido. En situaciones críticas, nuestro
comportamiento muestra quienes somos, si estamos aptos para servir o nos
derrumbamos.
Ilusionados
con cambiar lo que no está bien, pero sin ser capaces de ver que parte del
engranaje social no funciona, muchos se arriesgan por alcanzar sus sueños, y
terminan arruinando a la humanidad. Porque para conseguir resultados diferentes
hay que hacer cosas diferentes.
Es
necesario creer, decir y hacer lo que los demás no creen, no dicen ni hacen. Hay
que ser distintos entre muchos iguales. Pues la suma de todos es más que la
suma de iguales. Es importante resaltar en los demás, las características que
no tiene el resto.
Ser
uno mismo, no significa que vayamos a ser elegidos o privilegiados, pero por ahí
se empieza para llegar a ser valorados o reconocidos, por ser diferentes. Pes la
experiencia hace al maestro, decía mi madre.
Debemos
generar valor, tener propuestas claras, que los demás puedan decir, “vale lo
que cuesta”, “vale su peso en oro”; incluyéndonos a nosotros mismos. Pues tu éxito está en tu
esfuerzo.
Ser
diferente es algo natural, original, genuino en sí mismo, y no las apariencias.
Es muy importante el esfuerzo por llegar a ser “original”, no se trata de
querer llamar la atención; se trata simplemente de no querer ser uno más. Apuesta
por ti, invierte en ti y ganarás siempre, porque ser diferente es bueno.
Sé
valiente y aprende a ser claro cuando se presenten tentaciones y dificultades,
porque el mundo trata de seducirte para que caigas en ser como ellos, como
todos. Es necesario aprender a disentir para mantener las amistades, pero habrá
veces en que no te quedará más alternativa que hablar claro y comunicar tus
razones para no unirte a ellos.
La
globalización ha “obligado a todos los sectores productivos y a todas las
empresas a hacer las cosas de otra manera”, pero esto es cuestión comercial. “No
es solo adaptarse a los cambios, es mantenerse fiel a sus principios, en medio
del cambio”.
“Es
seguir manteniendo las llaves de nuestra vida en las manos”. Me refiero a si
somos capaces de tolerar a los demás, aunque sean distintos a nosotros, sin
temor a tratarlos bien aunque sus valores no coincidan con los nuestros.
Si
queremos el cambio, entonces actuemos distinto a lo establecido desde un
principio, la innovación es un eje de desarrollo que nos lleva a trascender.
Romper con los paradigmas es nuestra meta. Evita preocuparse por quedarse varado
en medio del tráfico, busca nuevas rutas sin congestión para tu locomoción.
¿Necesitas
más razones para saber si eres diferente?
Sé tú mismo y lo sabrás.
Si
quieres vencer tus inseguridades, debes tener el valor de ser diferente. La
frustración llega cuando intentamos ser como el otro.
Pero
Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo
débil del mundo para avergonzar a los poderosos. 1 Corintios 1:27
Dios
nos eligió a ti y a mí, para ser sus hijos y sus discípulos, Dios ungirá a la
persona que ha elegido para obedecerle, personas como tú y como yo, si estás
dispuesto. A medida que aprendemos a «morir a sí mismo» y obedecer al Espíritu
Santo, podemos vencer nuestro yo, y así ser la diferencia. Debemos morir a
nosotros mismos cada día.
Muchos
caemos en la trampa de quejarnos de lo que está mal, pero no hacemos nada por
cambiarlo. Dios nos ha escogido para obrar el cambio, no podemos darnos el lujo
de no hacer nada. Debemos dejar que la luz de Cristo brille a través nuestro,
para que otros puedan ver.
Jesucristo
te ama y te bendice.
JoseFercho
ZamPer.