Gozamos de buena salud,
tanto física como mental.
En medio de las dificultades siempre mantenemos un alto
deseo de vivir y de salir adelante.
Tener fe es bastante complejo,
debemos mantener un deseo firme de aprender, de crecer, de salir adelante, para
ser aprobados.
El compararnos con los demás no
nos dará fe, debemos poner la mirada en Jesucristo el autor y perfeccionador de
la fe.
Necesitamos tener una mirada
positiva sobre la vida, y dar lo mejor de nosotros para así recibir lo mejor
del otro. Mientras estemos en búsqueda
de Dios, todo irá mejorando.
Dios es perfecto y desea que yo
también lo sea, por tal razón, mientras busco conocerlo su fe y su amor crecerá
en mí y me irán perfeccionando cada día.
Por medio de la fe podemos ver lo
bueno de la vida, lo bueno que hay en el
otro, y lo bueno de cada situación diaria de nuestras vidas, pues “todo lo
permite Dios para bien de quienes le aman”.
La persona que tiene fe, se
mantiene de buen ánimo, de buen humor, es perseverante y siempre sale
fortalecido de las pruebas. La fe nos lleva a tener éxito en lo que
emprendemos, nos cuida de ser engañados por cualquier viento de doctrina.
La fe no se hereda, solo en
Jesucristo la podemos hallar, por eso tenemos que buscarlo a él, para así poder
tener fe.
Si hemos sido formados en medio
de creyentes, es más fácil llegar a creer, por eso la necesidad de congregarnos
con los hermanos en la fe.
Los creyentes en Jesucristo,
también pasamos dificultades, y tenemos problemas, pero estos nunca nos
derrotarán, por medio de la fe logamos vencer las dificultades y alcanzar la
victoria.
Siempre saldremos fortalecidos de
nuestras pruebas, ya que a través de las pruebas podemos examinar nuestro
corazón y nuestras intenciones delante de Dios.
Tener fe no significa que tenemos
todo lo que queremos, sino que tenemos a alguien a quien ir para hallar alivio
a nuestras necesidades. Alguien que ya
lo hizo todo por mí, que me ama y tiene lo mejor para mi vida.
La fe no está en contra de la
realidad, sino que la transforma, cambia lo malo por lo bueno, nos lleva a ver
nuestros errores y a cambiar. La fe nos enseña a amar y a ayudar a quien lo
necesita.
La fe se basa en la confianza,
por eso necesitamos creer y confiar en Dios aun cuando no entendamos su forma
de obrar.
Por medio de la fe puedo ver el
bien, la luz y todo lo bueno que hay en la vida, a pesar de que otros solo vean
oscuridad y dolor.
Cuando las cosas están bien, nos
es fácil decir que tenemos fe, pero en
los momentos difíciles es cuando verdaderamente sé, si tengo o no tengo fe, ya
que solemos confundir la fe con el optimismo.
Debemos buscar siempre la
aprobación de Dios y no la de los demás o la mía, en cada situación de la vida.
No debemos tomarnos los problemas
como algo personal, sino como una oportunidad que nos da Dios para crecer, para
aprender y para ganar.
A través de las dificultades de
la vida nos hacemos más grandes y fuertes en la fe de Jesucristo, ellas son
quienes prueban nuestra fe, y nos despojan de lo vano.
Debemos cuidarnos de la vanidad y del orgullo
que acosan a los seres humanos cuando alcanzan algún logro, muchas veces los
resultados positivos nos llevan a creernos más de lo que somos.
La fe no es para mostrarle
resultados al mundo sino para crecer en Dios, pues en la hora de la prueba es
cuando necesitamos la fe.
Tener fe no supone imaginar que
todo está bien, sino centrarse en Dios y en su obra a favor nuestro. Y
partiendo del favor de Dios por nosotros, podemos transformar nuestra realidad
en la verdad de Cristo.
Nuestra actitud ante los
problemas de la vida debería ser siempre la actitud que tuvo Jesucristo ante
los problemas, “tranquilo yo ya vencí”.
Por ejemplo, ante un problema por
grave que sea, debemos tener una actitud de fe y decirnos: aunque el problema
es grave, nos tenemos que esforzar, darlo todo, (orar, ayunar, buscar
soluciones y trabajar), hasta lograr dar solución a las dificultad.
La fe no es solo esperar que Dios
haga, o decir que todo está bien, el Señor necesita que sus hijos tomemos
acción sobre el asunto para poder cambiar las situaciones a favor de los que lo
buscan.
¿Qué razón hay para que otros tengan fe y yo no?
Existe una especie de miedo a ser
un verdadero creyente, a tener fe, a comprometernos con Dios.
Las iglesias se llenan de gente,
pero después de mucho tiempo, las personas siguen con los mismos problemas y
dificultades con las que llegaron a Dios.
¿A qué se debe?
Somos tan orgullosos como para
buscar ayuda en quien quiere y puede dárnosla, nos sentimos sobrados y nos
valemos por nosotros mismos, o tenemos tanto miedo de mostrarnos como somos que
preferimos escondernos en nuestros propios temores y facazos.
Para salir victoriosos
necesitamos de Dios y de nuestros hermanos, enfrentarnos a la vida con todo lo
que Dios nos da, y no solo con lo que tenemos.
Creer en Dios no es buscarnos un
ayudante para sacar adelante nuestros planes, sino que es entregarnos a Él para
hacer su voluntad.
Necesitamos humildad para buscar
ayuda en Dios.
No tomemos decisiones a la
ligera, esperemos la respuesta de Dios, todo lo bueno de la vida requiere
tiempo y esfuerzo, y la fe es la alegre manifestación de Dios en nuestras
vidas.
Por la fe las dificultades dejan
de ser una carga y se convierten en la universidad de la vida, dándonos
verdadera experiencia para triunfar.
Somos el resultado del amor de
Dios, su mayor obra, pero para vivir como hijos tenemos que tratarlo como
nuestro padre.
Por medio de la fe puedo tomar lo
bueno y desechar lo malo de este mundo, de cada situación de la vida, pues en
Cristo Jesús somos más que vencedores.
Si cambiamos nuestra vieja manera
de pensar y adquirimos la nueva de Jesucristo, cambiara nuestra manera de
vivir.
Por la fe vamos siempre hacia
adelante en la vida, nos permite ver las soluciones a las dificultades, pero
siempre será nuestra elección, siempre dependerá de que tome la decisión de
escoger a Jesucristo como mi solución.
Por la fe aceptamos la realidad
como es, vemos tanto lo bueno como lo malo y de ahí partimos para dar
soluciones conforme Dios nos guía.
La fe nos hace conscientes de quienes somos delante
de Dios, indefensos y necesitados de su amor y poder. Esto nos fortalece y nos
da esperanza en un Dios creador y Señor, que es un padre responsable con sus
hijos, quien nunca abandona la obra de su mano, en Jesucristo siempre hay
salidas.
Comprendo que en la vida no todo
es como yo quiero, pero por la fe, sé que Dios tiene para mí lo mejor, por eso
cada día doy gracias a Dios en todo tiempo y en todo lugar, y rindo mi vida y
todo lo que soy a Él, para así obtener los mejores resultados.
La fe es la única fuerza capaz de
motivar al ser humano desde adentro, es la luz que nos alumbra el camino, el
gozo que nos alegra la vida.
Por la fe nos liberamos de la
tiranía del maligno y vivimos la alegría y bendición de nuestro Dios, todos los
días de nuestras vidas.
Desde ahora y para siempre. Amen.
JoseFerchoZamPer
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