¿Quién es el hombre, para que te
acuerde de él, y el hijo del hombre, para que lo cuides? Salmos 8:4
Job 1:21 y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y
desnudo volveré allá. El Señor dio y el Señor quitó; bendito sea el
nombre del Señor.
… ¿Pues qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal
no lo recibiremos?
Job 3:20-25 »¿Por qué darle luz al que sufre y vida a
los de ánimo amargado; a los que esperan la muerte, y no les llega, aunque la
buscan más que a un tesoro; a los que se alegrarían sobremanera y se gozarían
de hallar el sepulcro? ¿Por qué dar vida al hombre que ignora su camino, al que
Dios le cierra el paso? Antes que mi pan, llega mi suspiro, y mis gemidos
corren como el agua; Por lo que me temía
en gran medida ha venido sobre mí, Y lo que más me asustaba, me sucedió.
Job 4:17 “¿Será el mortal más justo que Dios? ¿Será
el hombre más puro que el que lo hizo?
Job 5:17 »Bienaventurado es el hombre a quien Dios
corrige; por tanto, no desprecies la reprensión del Todopoderoso.
Job 7:17-18
¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas, para que pongas en él tu
corazón y lo visites todas las mañanas, y a cada momento lo pruebes?
Si entregas tu
corazón al señor Jesucristo y hacia él levantas tus manos, te apartas del
pecado y no das cabida en tu casa al mal, entonces llevarás tu frente en alto y
serás libre del temor.
Si te vuelves a Dios, pides perdón y te arrepientes,
si obedeces al Señor, El saldrá en tu defensa y te ubicará en el lugar donde
debes estar.
Tus victorias serán nada comparadas con las
bendiciones que Dios tiene para ti.
Quien se aleja de Dios morirá en el olvido, como la
maleza en medio de la nada.
Dios no rechaza a quien se acerca a él, sino que le
da su mano y lo llena de alegría.
¿Cómo puedo justificarme delante del Señor?, aun
siendo inocente no podré defenderme, solo Jesucristo me puede justificar, por
mi propia boca me condeno.
Es mi vida fiel reflejo de la historia de un pueblo
que se quedó sin ver la gloria, pues vivía muy atado a su pasado y con sus
recuerdos se hundió.
Al que está
por caer, hay que empujarlo.
Aun los incrédulos saben de sobra, que Dios hizo los
cielos y la tierra, pero los ancianos que se creían sabios resultaron más
torpes que lo niños.
¿Acaso Dios no perdona la maldad de quien se
arrepiente? Claro que sí. Y no se acuerda nunca más de ella. Pero hay muchos que me quieren destruir diciendo que mis
pecados cometidos me condenan, pero Jesucristo ya me perdonó, aun los pecados
que llegare a cometer. Muchos ponen cadenas
en mis pies, cuando me cobran los pecados de mi juventud.
Oh Señor, permíteme retoñar como el árbol cortado, que cuando le
llueve recobra sus fuerzas y de sus raíces brota la vida.
Despiértame del sueño que me atormenta, de las
pesadillas que no me dejan dormir, pues vivo como el vigilante nocturno esperando
el alba para que llegue su relevo para ir a casa a descansar.
Muchos pretenden que yo siga el protocolo que sus tradiciones
los obligan a obedecer, ignoran por completo que Jesucristo bajó del cielo a la
tierra para liberarme.
Es por eso que en las noches clamo, que su sabiduría
y su luz a mi vida den poder, para ser
un guía que a muchos otros los lleve a obtener la salvación y la nueva vida que
nuestro Dios vino a traer.
Los religiosos recriminan mi ingenuo proceder, no les
agrada que a Dios yo le hable como al amigo que él desea ser.
Sométete a Dios, ponte en paz con él, vuelve a hacerte
amigo de él, y tendrás paz; y por esta causa volverá a ti la prosperidad.
Guarda su palabra en tu corazón, hazla tuya, medita
en ella día y noche, obedécela y serás
edificado por el verdadero Maestro.
Mis días se pasan volando,
no logro alcanzar la dicha,
cual veloz relámpago en la noche
me enceguece, me nubla la vista.
Como cazador al acecho de su presa,
Me la paso buscando una sonrisa
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