jueves, 31 de julio de 2014

Meditaciones sobre la Palabra de Dios



Cuán Dichosos son los que obedecen al Señor Jesucristo, y lo buscan de todo corazón, sus pies siempre andarán por caminos rectos, vivirán felices y sin tacha pues no hacen nada malo.

Mi corazón está firme en ti, deseo obedecer tus mandatos, oh Dios de mi salvación, por tanto no tendré de qué avergonzarme cuando el mundo me acuse de pecado, te alabaré con corazón sincero y me deleitaré en tus justos decretos.

Mi integridad está en obedecer tu palabra, no permitas que me desvíe ni a la izquierda ni a la derecha de tus mandamientos.

Guarda tu palabra en mi corazón y mis labios siempre te alabarán, así mis pies no caerán en trampas ocultas, me regocijaré en tus caminos más que en todas las riquezas, en tus decretos está mi deleite.

Tu bondad y tu favor están siempre conmigo, por ellas vivo hoy.  Mis ojos están abiertos a tus milagros, puedo contemplar tu hermosura.

En esta tierra soy un extranjero, aleja de mí el menosprecio y el desdén, aunque el hombre planee hacerme daño, tu Señor peleas por mi justa causa, pues tu siervo medita y se alegra en tus mandatos ellos son mis consejeros.

Mantenme firme, conforme a tu promesa, aléjame del camino de mentira y favoréceme con tu enseñanza.

Tu Señor has cambiado mi manera de pensar, colocas en mi boca tu palabra de verdad, pues en ti he puesto mi esperanza, y has llenado de alegría mi corazón. No dejas que me fije en falsos dioses; tus juicios son buenos, con ellos me has hecho libre.

Cuando me agobia la tristeza, en ti Señor encuentro consuelo, ahora obedezco tu palabra y ella me da vida.

Lo que a mí corresponde es hacer tu voluntad, mi herencia eres tú, Señor, tu eres todo lo que tengo.

Con tus manos me creaste, me diste forma, me diste entendimiento para comprender tu palabra.

Los que te conocen se alegran al oírme decir que mi esperanza está puesta en ti, Dios de mi salvación. Tu amor me sostiene, me hace vivir, me siento feliz en tu presencia.

Que se reúnan conmigo los que te aman y te honran, los que conocen tu palabra, para que  meditemos en ella, pues hemos puesto nuestra esperanza en tu palabra.

Tus mandamientos son todos verdaderos. Toda palabra de Dios es digna de crédito. Somos limpios por tu palabra pues ella es la verdad. Señor, tu palabra es eterna afirmada está en el cielo.

Los insensatos sin razón me maltratan, gente insolente que no sigue tu enseñanza me ponen trampas, pero no me aparto de tus preceptos, aunque estoy viejo y casi he sido borrado de la faz tierra, no me he apartado de tus leyes, no he descuidado tus mandamientos.

Tu fidelidad permanece para siempre; tú afirmaste la tierra, y quedó en pie. Todas las cosas siguen firmes, conforme a tus decretos, porque todas ellas están a tu servicio.

Tu enseñanza me trae alegría, por eso vivo feliz, la tristeza no puede conmigo.  Jamás me olvidaré de tus preceptos,  pues por ellos me has dado vida.

En esta vida todo tiene fin, mas tu palabra es eterna, ella me hace sabio, entiendo más que todos mis maestros porque obedezco tus preceptos, he alejado mis pies de todo mal camino para cumplir tu palabra. No me he apartado de tus decretos pues tú eres mi maestro.

Cuán dulces son a mi paladar tus palabras, son más dulces que la miel a mi boca sedienta.

Tu palabra es luz a mis pies, iluminan mi camino.

Tú eres quien me ampara y me protege, estoy a salvo en ti, soy reverente a tus decretos, quiero hacer  lo que es justo; pues soy tu siervo. Dame entendimiento, tus mandatos son maravillosos; por eso los obedezco.

Con agrado abro mi boca, para recitar tu palabra pues quiero servirte y dar a conocer que tu Señor, eres justo y verdadero.

Muy de mañana me levanto a alabar tu nombre, al anochecer medito en tu promesa, tu palabra me alienta, tu oyes mi voz, por tu gran amor me das vida conforme a tu justicia. Tú, Señor, estás cerca.

Yo me siento feliz con tu promesa, como quien se encuentra un gran tesoro.  Los que aman tu enseñanza gozan de mucha paz, y nada los hace caer. Pues tu oyes nuestra oración y nos atiende.

Está lista tu mano para ayudarme, pues soy oveja de tu redil, tu conoces todos mis caminos, mi vida esta para alabarte, porque no me he olvidado de todas tus maravillas a mi favor.

Joseferchozamper



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