jueves, 28 de febrero de 2013

EL LIDERAZGO EN LA IGLESIA DE JESUCRISTO

El verdadero líder.

El liderazgo que Dios busca de ti es que te presentes delante de Él, cada día para  ofrecerte en sacrificio vivo de alabanza y adoración por ti mismo como por todos aquellos que Él ha puesto a tu cuidado, como lo hacía Moisés.

Éxodo 18:19-20. Preséntate tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Enséñales los preceptos y las leyes, muéstrales el camino por donde deben andar y lo que han de hacer.

No está bien lo que haces.
La iglesia primitiva tenía mucho más parecido a una familia, mientras que la iglesia moderna se parece más a una corporación.
Los pastores de hoy se convirtieron en Gerentes, las iglesias hoy contratan a contadores y administradores, y las secretarias de la iglesia hacen las veces de asistentes ejecutivas.
Aunque el Apóstol Pablo buscaba ancianos de la iglesia que “gobernaran bien su propia casa” la iglesia de hoy degrada las credenciales domésticas buscando a aquellos que “gobiernan bien sus propios negocios.”

Requisitos de los obispos
1 Tim. 3:1-5.  Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);

Liderazgo es el término que se usa hoy día para referirse a cualquier posición de liderazgo, el jefe, el maestro, el estudiante adelantado o cualquiera otro que sobresalga en algo. Al hacer esto, se vacían de significado aquellas importantes posiciones como la del padre de familia, al utilizarse la etiqueta indistinguible de “líder.”
Pero, ¿acaso los líderes empresariales pastorean a su equipo de trabajo? ¿Lavan los Gerentes a sus colegas en el agua de la Palabra, o sirven como representantes del Señor soberano?

Los padres no son simplemente “líderes.”  Como lo dice en Efesios 5:25-27  Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 

 Esa es la razón por la cual Dios los llamó padres. El liderazgo es un aspecto de la paternidad pero también lo es la enseñanza y el cuidado. 

Los pastores están más interesados en inculcar, tanto en los voluntarios como en los miembros del equipo de trabajo, las “leyes del liderazgo” que inculcarles las “leyes de Dios.”

Para muchos, el principio de liderazgo de Jetro expuesto en éxodo 18:13-27, no es aplicable hoy día, pues dicen que la iglesia es una gran corporación internacional y se debe administrar como tal. 
Éxodo 18:13-30. 13 Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. 14 Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde? 15 Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. 16 Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes. 17 Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. 18 Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. 19 Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. 20 Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. 21 Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. 22 Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo.  23 Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar. 24 Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo. 25 Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez. 26 Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño. 27 Y despidió Moisés a su suegro, y éste se fue a su tierra Al mirar más de cerca a Éxodo 18 muestra un secreto aún más grande que el liderazgo delegado en el sabio consejo de Jetro. 

 Jetro Confronta a Moisés
Jetro nunca había visto una empresa tan masiva. El sol apenas se ponía en el cielo del desierto, sin embargo esta larga línea de murmuradores demandantes se había levantado mucho antes del primer canto del gallo. Por el despliegue ordenado de las multitudes frustradas, Jetro se dio cuenta que este ejercicio matutino era una rutina.

La paciente multitud aumentaba mientras el frío aire del desierto se calentaba bajo el sol naciente. Estos antiguos esclavos estaban acostumbrados a este tipo de gobierno. Habían aprendido a depender de la autoridad centralizada durante unos pocos cientos de años en la esclavitud egipcia.

El Evangelio de Moisés liberaba de la tiranía, sin embargo este sistema ad hoc de tribunales se parecía de manera extraña a la burocracia anterior. Quizá ésta era simplemente su suerte. ¿Cómo podría estar equivocado Moisés, el hombre de Dios?

Este sistema tenía que ser ordenado por Dios.

Para la caída de la noche aquellos que aún estaban en fila se dispersaban silenciosamente a sus respectivas moradas. Quizá mañana podrían llegar hasta Moisés. Desde el principio de su éxodo se les dijo que su preservación dependía de su obediencia a los mandamientos de Dios dados por medio de Moisés. Se les recordaba esto cada día por medio de la capa de maná que yacía a la entrada de sus tiendas.

Esta lección objetiva contenía un mensaje simple: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Dios” (Deut. 8:3).

Moisés, el Hombre de Dios.

Pero solamente Moisés conocía las palabras de Dios; y reunirse con él significaba esperar en la fila. Después de todo, esta era una nueva empresa para los israelitas.

Ahora eran libres de la prolongada pesadilla de Faraón, y el juicio en los asuntos de la vida del desierto necesitaba de la revelación de Dios. Moisés proveería aquel entendimiento necesario si tan solo uno podía asegurar unos pocos momentos ante su silla de juicio.

Reunirse con Moisés se convertía en el objetivo de la vida diaria.

Jetro, por otra parte, era un sacerdote de Madián, y sabía cómo manejar mejor un organismo religioso. El método de Moisés del estatismo egipcio no era apropiado para esta nueva comunidad. Jetro se encargó de instruir a su atareado yerno en el camino de la sabiduría:

Al ver el suegro de Moisés todo lo que él hacía por el pueblo, le preguntó: - ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, mientras todo el pueblo permanece delante de ti desde la mañana hasta la tarde? (Éxodo 18:14).

Era obvio para Jetro que al colocar una responsabilidad piadosa en las manos de un hombre, Moisés causaba más daño que bien. Juzgar entre las partes atendiendo caso por caso no equiparía a la gente para la responsabilidad personal ni les ilustraría para el alcance total de la ley de Dios. Moisés se hallaba personalmente en la vía rápida hacia el agotamiento mental mientras que la frustración por la atención retardada dejaba un sabor amargo en las bocas de la población que esperaba. Sin embargo, la visión que tenía Moisés de sí mismo como mediador nublaba su consideración de medios alternativos para cumplir la voluntad de Dios:

 Moisés respondió a su suegro: - Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios.

Cuando tienen algún pleito, vienen a mí; yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro los preceptos de Dios y sus leyes. (Éxodo 18:15-16). Jetro podía ver fácilmente que Moisés estaba distorsionando la naturaleza de su llamado como la cabeza de Israel. Moisés había consolidado sus dones espirituales junto con la tarea de la administración y las operaciones en un sistema gigantesco de burocracia espiritual.

Siglos más tarde, el Apóstol Pablo explicaría la división del trabajo bajo los auspicios de la Deidad: Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de actividades, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. (1 Cor. 12:4-6)

Por la razón que fuera Jetro entendió mejor la sabiduría de una administración descentralizada con una división piadosa del trabajo. Presentó con habilidad este concepto subrayando las consecuencias del método de ministerio escogido por Moisés: No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú y también este pueblo que está contigo, porque el trabajo es demasiado pesado para ti y no podrás hacerlo tú solo. (Éxodo 18:17-18)

 La Autoridad Delegada

Esto debe ser una lección para la historia reciente. El estatismo occidental está repleto de ejemplos de autoridad centralizada. De igual manera, como ciudadanos del nuevo reino, nuestras percepciones se hallan encadenadas por las imposiciones esclavistas de pesadas burocracias. Hemos sido enseñados a esperar en la fila. Y cada vez que vea una larga fila, descubrirá un estado de beneficencia.

Moisés se estaba agotando. La carga de un gobierno centralizado era demasiado pesada. Necesitaba ayuda, también estaba agotando al pueblo y enseñándoles una innecesaria dependencia social.

Jetro ofreció una solución: Descentralizar el sistema e instruir a las personas.

Oye ahora mi voz: yo te aconsejaré y Dios estará contigo. Preséntate tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Enséñales los preceptos y las leyes, muéstrales el camino por donde deben andar y lo que han de hacer. Además escoge tú de entre todo el pueblo a hombres virtuosos, temerosos de Dios, hombres veraces, que aborrezcan la avaricia, y ponlos sobre el pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así se aliviará tu carga, pues ellos la llevarán contigo. (Éxodo 18:19-22)

El Movimiento del Liderazgo

La explosión de la empresa corporativa se encendió con el auge de las post-guerra en los 1950s, ayudada por el surgimiento de los asesores administrativos quienes, a su vez, aconsejaban a los líderes corporativos en los principios de la estructura, eficiencia y organización. En las décadas que siguieron gurús como Drucker ayudaron a conducir las numerosas tendencias en la teoría del liderazgo y pronto encontraron una audiencia dispuesta en los líderes de la iglesia moderna.

Como ejemplo, Appalachian, la distribuidora de libros cristianos más grande del mundo, actualmente ofrece alrededor de 700 títulos de libros sólo sobre liderazgo – en su mayoría estos libros han sido publicados en los últimos diez años.

Los cristianos están consultando los principios de liderazgo porque la iglesia de hoy es una extraña mezcla entre la empresa corporativa moderna y el estado de beneficencia.

Hoy, una multitud de “posiciones ministeriales” seduce a los posibles ministros con nuevas oportunidades y opciones para sus carreras y expresiones. El listado de los equipos de trabajo en la mega-iglesia promedio puede ser extenso. Y así, los seminarios ahora ofrecen títulos doctorales en “liderazgo organizacional” y una nueva generación de ministros cristianos busca encontrar una posición administrativa en la masiva empresa de la iglesia moderna.

 El teólogo David Wells pone de relieve la trágica transformación producida por una era de ministros “profesionales”: De esta forma el ministerio pastoral está siendo profesionalizado. Se está anclando firmemente en la clase media, y las actitudes de aquellos que son profesionales en sí mismos o que constantemente tratan con ellos están definiendo cada vez más quién es el ministro. Una vez más, es el viejo mecanismo del mercado en acción – los ministros definiéndose a sí mismos como un producto para el cual existe un mercado. Y así, sienten que deben presentarse a sí mismos como teniendo una competencia deseada, y que la competencia resulta ser mayormente administrativa. Deben ser capaces de manejar las fuerzas revoltosas y dolorosas en la psiquis humana lo mismo que las fuerzas turbulentas e igualmente rebeldes en la organización de la Iglesia.

 El Secreto de Jetro

Se pone mucho énfasis en el concepto de Jetro de la autoridad delegada como el único remedio al modelo Mosaico. Sin duda, la estructura jerárquica de Jetro manejaba mejor la inmensa población en movimiento del Israel transitorio. Sin embargo, la mayoría de expertos del liderazgo pasan por alto el elemento fundamental del principio de liderazgo de Jetro:

Preséntate tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Enséñales los preceptos y las leyes, muéstrales el camino por donde deben andar y lo que han de hacer. (Éxodo 18:19-20)
 Los versículos 18 y 19 están antes de la sugerencia de Jetro de designar una multitud de líderes de división. Primero, Moisés debía enseñarle al pueblo las ordenanzas y leyes de Dios para que el pueblo pudiera entender el camino por donde debían andar y la obra que debían de hacer. Esto era fundamental. La jerarquía de líderes delegados no funcionaría sin un fundamento exhaustivo del pueblo en la ley de Dios. Por lo tanto, Jetro no pone el énfasis en la estructura de los líderes; más bien, primero se enfoca en el auto-gobierno del individuo bajo la ley de Dios.

Una vez que el pueblo se fundamenta en la idea del auto-gobierno, se puede establecer una red de capitanes sobre ellos. Sin embargo, incluso éste era un papel limitado para el liderazgo. No se tenía como propósito que los capitanes fuesen benefactores de un estado de beneficencia en el desierto. Existían solamente para servir al pueblo en asuntos de juicio: Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. (Éxodo 18:22)

Esta es la razón por la cual Moisés debía establecer al pueblo en la ley de Dios.

Aprenderían por sí mismos el camino por el que Dios quería que anduviesen y la obra que Dios esperaba que hicieran. Entonces el pueblo haría juicios efectivos en los asuntos más pequeños de la vida y sin visitar a sus supervisores por toda situación. El efecto correspondiente se sentiría en la cadena de mando del mismo Moisés.

 Sabiduría: La Ley de Dios Aplicada

El juicio en los asuntos de la vida es el concepto bíblico de la sabiduría.

El libro de Proverbios es esencialmente una fuente para tomar decisiones sabias. La sabiduría, en este sentido, es la ley de Dios aplicada. Y la sabiduría de Dios sigue siendo el tesoro más grande del mundo.

 Si lo recuerda, la Reina de Saba viajó un largo camino para escuchar la sabiduría de Salomón (1 Reyes 10). Escuchó en su propio país los reportes de sus grandes logros y excepcional sabiduría (v. 6). Aun así, confesó que solamente había escuchado la mitad de ello, “tu sabiduría y tus bienes superan la fama que yo había oído” (v. 7).

Cuando la ley de Dios se aplica de manera apropiada, ello revela una sabiduría oculta que no se encuentra en las mentes y corazones del hombre pecador. Esto es lo que hace la sabiduría de Dios tan atrayente. Llama la atención de las naciones extranjeras mientras observan su operación al traer resolución y paz a los conflictos sociales en la comunidad religiosa. Desde muy temprano Dios le dijo a Israel que al obedecer Su ley   provocarían asombro a la vista de las naciones:

Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová, mi Dios, me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la que vais a entrar para tomar posesión de ella.

Guardadlos, pues, y ponedlos por obra, porque ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos y dirán:

“Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta”. Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová, nuestro Dios, en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros? (Deut. 4:5-8)

 Nosotros en la iglesia moderna hemos escogido la predicación del evangelio como el único medio para el evangelismo del mundo. Ciertamente, el evangelio es poder de Dios para salvación (Rom. 1:16). Sin embargo, las naciones son escépticas a nuestro mensaje debido a la manera contradictoria en que vivimos. Predicamos un buen sermón pero vivimos vidas pobres. Luchamos para manejar nuestras familias y nuestras finanzas.

Mentimos, estafamos y robamos en un esfuerzo por hacerle un servicio a Dios. Llevamos al hermano y a la hermana a corte por asuntos de negocios y generalmente buscamos en el estado su benevolencia y respaldo caritativo. En resumen, somos ineptos para hacer juicios en los asuntos relacionados con la vida.

 La Verdadera Responsabilidad de los Líderes
Nuestra estructura de liderazgo no nos ha curado de estos males. La multiplicidad de programas en la iglesia no ha aliviado la disfunción que todavía impregna la sociedad cristiana. Se hace mofa de nosotros más que ser admirados. Se nos ve con desdén en lugar de ser buscados. A pesar de todos los recursos gastados en las conferencias Cristianas sobre liderazgo, el pastor promedio todavía es incapaz de recitar los Diez Mandamientos. Es aquí donde la raíz de nuestro pecado encuentra un amplio espacio para propagarse.

 Los pastores deben crear un deseo en sus iglesias por el auto-gobierno. Deben enseñarles a sus congregaciones como amar la ley de Dios y a hacer de ella su motivo de meditación todo el día (Salmo 119:97). Debe haber una lectura regular de la ley de Dios en cada servicio y una amonestación a hacer juicios bíblicos en los asuntos de la vida. Dios les ha provisto a los pastores una tremenda fuente sermonaria en el libro de Proverbios. Los pastores debiesen ser sabios en hacer uso de ella de manera regular.

¿Por qué no ha sucedido esto? Bueno, vivir sabiamente en la vida diaria no es algo glamoroso. Gastar dinero para mantenernos a la altura de nuestros vecinos es algo que sobrepasa de manera típica al programa de ahorros que Proverbios sugiere.

Los cristianos de sala prefieren dar ofrendas de “semillas de fe” a los predicadores de la televisión en lugar de practicar el método mundano de “seis días trabajarás.” Y, claro, siempre es más fácil enviar a nuestros hijos a la escuela pública en lugar de hacer el sacrificio requerido para proveerles una educación Cristiana. En esencia, estamos lejos del Cristianismo bíblico.

 La educación comienza en el púlpito. Lo mismo sucede con la descentralización.

Incluso la sabiduría de Jetro debía ser comunicada a través de los labios de Moisés. El verdadero ministerio le enseñará a la gente el concepto del auto-gobierno. Esta es la  razón por la que muchos pastores desprecian el verdadero pensamiento Reformado. Les pide dirigir a la gente hacia Dios en lugar de dirigirlos hacia ellos mismos. Como ministros de Jesucristo, todos debemos estar vigilantes a menos que nos convirtamos en el tipo de líderes eclesiásticos con los que se enfrentó el Apóstol Pablo: Se interesan por vosotros, pero no para vuestro bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros os intereséis por ellos. (Gálatas 4:17)

jueves, 21 de febrero de 2013

YO SOY PASTOR


Cuando era niño, durante  varios años fui pastor de las vacas de mi padre.  En las épocas de verano el pasto se secaba y había poca agua, razón por la cual nos tocaba sacar el ganado al camino para que comiera pasto, y llevarlo a una quebrada a tomar agua. Por tales  razones el precio del ganado se bajaba demasiado y nadie compraba ni vendía.  Se hacía obligatorio buscar la manera de alimentar las vacas hasta que volviera a llover.

Nos turnábamos con los demás hermanos para realizar dicha labor, los que estudiaban lo hacían los fines de semana y los otros entre semana. 

Este pastoreo se tenía que hacer en  el camino por donde pasaban campesinos con sus caballos de carga y también las vacas que sacaban a vender y a pastorea, pues no solo nosotros teníamos tal necesidad.

 Esto nos mantenía activos todo el tiempo de labor, pues era necesario cambiarlas de lugar a donde el pasto estuviese más tierno y evitar que se nos escabulleran a otros potreros  vecinos o a las labranzas ajenas. En algunas ocasiones pasaban lotes de ganado que llevaban los  ganaderos al mercado o  a sus fincas, y nos tocaba separarlas y dar paso para evitar se confundieran entre sí.

Muchas veces nos poníamos a jugar con mis hermanos y las vacas se nos escapaban y nos tocaba luego ir corriendo a alcanzarlas o a sacarlas de donde se metían en busca de mejores cosas para comer.  Otras veces nos tocó ir hasta la carretera pavimentada pues se nos escapaban mientras almorzábamos o hacíamos alguna otra necesidad. Esto nos asustaba mucho pues fuera de los problemas que nos podía traer con los carros, mis padres nos castigaban por no cuidar bien el rebaño. 

Día a día fu conociendo mejor el comportamiento de las vacas, su forma  de actuar, y qué las hacía  moverse, etc.  Entonces ya fui actuando con anticipación y comencé a realizar algunas otras labores como leer y hasta hacer tareas escolares.

El pastor se estrega al cuidado de su rebaño, a conocerlo y a ayudarlo a ir hasta donde halle  mejores condiciones para vivir.  El rebaño tiene su propia personalidad, piensan y actúan como son, esto nos obliga a conocerlas, a entender su comportamiento, pues nos han puesto al frente para cuidarlos.

Varias veces me castigaron por dejarlos extraviar, y me toco caminar largos caminos hasta de noche, buscando alguna novilla que se nos había escapado del rebaño, porque me había  descuidado, o me había quedado sentado dormido  mirando.
Aprendí que ser pastor exigía entrega y sacrificio, pues el rebaño que cuidaba era de mi padre, por lo tanto también era mío.  Y si lo hacía mal recibía castigo y pérdida. Y si lo hacía bien obtenía  recompensa, pues algunas veces me dieron una de las crías para mí.

Jesucristo el Verdadero Pastor.
Salmos 23:1 Jehová es mi pastor, nada me faltará.2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.

La palabra pastor, se encuentra en la Biblia unas cuarenta y cuatro veces.
La palabra original significa: Apacentador, Guía de ovejas, Uno que cuida, Uno que dirige, Uno que atiende, Uno que alimenta y Uno que protege.
A excepción de los textos donde se refiere al pastor de ovejas típico de aquellos tiempos, siempre se refiere a Dios el Señor, y a Jesucristo; nunca a un hombre.
Hebreos 13:17.  Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.

Ya de viejo, y con varios años de cristiano, me inquieta mucho el servicio que prestan algunos pastores,  pues hoy día hay muchos que se hacen llamar pastores por que estudiaron para eso  o porque formaron su propia iglesia y se auto-nombran así.  Pero su ministerio es cuestión de hombres y no un  llamado de Dios.

No hay entrega para con su rebaño ni para su propia familia. No existe cuidado ni atención real para defender de los peligros del mundo ni de la carne a las ovejas.
Hoy día podemos notar como el ser pastor es una profesión, más  que una vocación.  He oído a varias personas decir que quieren ser pastores de talla internacional, para ir a predicar la palabra a todo el mundo. Y varios reparten tarjetas de presentación con esos ofrecimientos. ¡Que tristeza, ¡ pues así mismo es como se ofrece cualquier otro bien o servicio.  

Hasta donde conozco y veo en la palabra de Dios, el ser pastor y muchos otros dones, son llamados que Nuestro Señor y Dios hace a sus siervos: Efesios 4:11-12.  Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. 
Y este llamado se debe llevar a cabo nos guste  o no, pues quien diga ser Cristiano debe demostrarlo con la sumisión y obediencia a Jesucristo Señor y Dios nuestro. Hechos 4:19 Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; Hechos 5:29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.  Romanos 6:16  ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo  sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?

Recuerdo bien a un hombre que pastoreaba ganado en aquella época, era un hombre sencillo y muy entregado a su oficio. Tocaba la dulzaina junto a sus vacas y estas se mantenían relajadas y pasteaban cerca de él, pues les agradaba la música.
En la medida que pasamos tiempo al lado de otros, aprendemos a conocerlos y ha agradarlos, pues nos hacemos uno con ellos, nos untamos de ellos, establecemos una relación de igual a igual, sin diferencias, como si fuera con nosotros mismos.

Cuando se es un asalariado, o cuando realizamos  una labor por  contrato, nos esforzamos para hacerlo bien,  pero esto no es suficiente cuando se trata de una vocación o llamado. En juan 10:12-13 El Señor Jesucristo nos dice: Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.  Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.

El Señor, desea que hagamos todo para El, que demos lo mejor de nosotros para El,  que entreguemos hasta nuestra propia vida a cambio de ganarlo a él. Cuando tengo una vocación, todo lo que hago es importante, es valioso, y siempre me siento feliz de hacerlo  sin importar cuan difícil sea. Eso equivale al amor, todo lo hago por amor a Dios y a mis hermanos. El mismo servicio que presto a otros o donde trabajo, se hace con gozo, con un gusto que nadie lo podría superar, pues es desde mi corazón de donde sale el hacerlo. Vivir así, es vivir para Dios, es hacerlo con el corazón.

Un pastor debería, por razón de su ministerio cumplir con algunos requisitos mínimos exigidos para tan digna labor, los cuales siempre serán mucho más exigentes que los exigidos para cualquier otra labor dentro y fuera de la iglesia.  Por ejemplo:
ü  El pastor siempre debe estar dispuesto a sacrificarse por los demás. Llevar al rebaño a donde están las soluciones  sus necesidades. 
ü  Estar las 24 horas del día, al servicio de sus ovejas, sin descuidarlas.
ü  Permanecer junto a su rebaño para evitar que el lobo o algún asalariado les haga daño o las engañe.  1 Pedro 5:8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.

ü  Pastorear por amor y obediencia a su Señor quien lo llamó a ese servicio, mas no por un salario, aunque lógicamente lo recibe pues El mismo señor dijo: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario. 1 Timoteo 5:18.

El pastor se encarga de formar su propio rebaño, toma lo que su amo le dio y lo va haciendo crecer de acuerdo a su visión de pastor.  Pues el señor llama a un hombre y le da una misión, pero él está en la obligación de poner todo de su parte para el buen desarrollo de la misma. Vemos como en las escrituras nos muestran muchas situaciones en las que los hombres de Dios, con gran destreza y valentía ejecutan grandes hazañas, hasta cumplir con la misión encomendada.

Si Dios me da un talento, el mismo me exige que lo haga producir y no que lo entierre. Hermano, esto mismo aplica hoy para ti y para mí, Dios quiere que pongamos a producir esos dones y talentos que él nos dio desde mucho antes de haber nacido pero que ahora estamos descubriendo en nosotros. Entonces, ya sea que comas, que bebas, o que hagas cualquier otra cosa, hágalo todo para la gloria de Dios. 1 Corintios 10:31, esto es lo que Dios desea, cualquiera sea tu oficio o labor es un don o un talento El mismo te dio para llevarlo a cabo, para hacerlo producir. Póngalo en las manos de Dios y trabaje para agradarlo a Él y no a sí mismo, buscando siempre la ganancia del cielo y no la de la tierra. Dios nunca te dejará ni te desamparará. El cuida de ti, Él es el mejor patrón que podemos tener en este mundo. Él es quien paga los mejores sueldos, pues estos son eternos, perduran para siempre.

En estos tiempos modernos todo se maneja por resultados tangibles, por ganancias materiales, y esto está formando parte de las iglesias Cristianas, infortunadamente. Ya vemos como un pastor es un gerente, sus resultados son evaluados por el crecimiento del número de miembros y de sus cuentas bancarias.  Por estas razones ya usamos la publicidad para todo, ofrecemos grandes beneficios para quienes desean formar parte de nuestras empresas, digo de nuestras iglesias.  Ofrecemos milagros, sanaciones, prosperidad y hasta salvación para tratar de conquistar gente, también preparamos o capacitamos a otros para hacer campañas para atraer miembros a nuestros lugares de encuentro. Les ponemos tarea a los fieles de traer un número determinado de personas a la iglesia, muchas veces les anunciamos desgracias si no los traen.

Vemos pastores que han sido enviados a iglesias a levantarla, a restaurarlas porque algún otro pastor la dejo caer, la llevo a la quiebra.  Pero más grave aún, he sabido de pastores que han vendido su iglesia a otros como tratándose de un negocio cualquiera.  Hacen trueques por fincas o casas.  ¿Alguien puede creer que esto sea un llamado de Dios para un pastor?   Jamás hermano, lo de Dios no se compra ni se vende.
También he visto otros pastores que actúan más como un guardia de seguridad o como el jefe de la manada que como pastor. 
Soy el pastor, me dijo un hombre aquellas ves que asistí a una iglesia Cristiana,  tratando de congraciarme con una joven muy bonita  la cual yo pretendía. Lo sentí como el gallo que salta a defender sus gallinas, cuando otro gallo llega al gallinero. Así lo recuerdo aún.
También recuerdo que salí de allí asustado, y sin ganas  de cortejar aquella chica, pues casi me comprometieron a casarme con ella por el hecho de asistir a esa iglesia con ella, pretendían que me hiciera miembro de la iglesia y que cumpliera con una serie de compromisos si quería seguir viéndola.
Aun esto no ha cambiado mayor cosa, pues conozco personas que les ha tocado casarse por estas mismas razones y afiliarse y todo lo demás, lo grave es que muchos de ellos realmente no se amaban y ahora tienen serios líos como pareja.

Desde aquella vez me quedó sonando esa forma de llamarse así  mismo de aquel hombre, pues yo conocía varios pastores y ninguno de ellos tenía el aspecto ni la forma de ser de él. Años más tarde, y después de asistir a varias iglesias me interesó conocer que significa ser pastor.

Yo me considero un explorador, y por eso de cuando en vez asisto a iglesias diferentes, con el propósito de conocer más de cerca estos asuntos. Creo que como seres humanos todos tenemos debilidades y actuamos mucho en nuestras fuerzas, pero esto no es problema pues tenemos a nuestro favor al que todo lo puede, al que llama las cosas que no son como si fueran, al Rey de reyes y Señor de señores. Él está  para fortalecernos, corregirnos, perfeccionarnos.  Si acudimos a Él, podemos sacar adelante nuestras vidas y nuestros ministerios, aunque con tropiezos y a veces con descalabros, pero con la certeza que Dios nos levanta y nos lleva a feliz término.

Cuando uno desea comprar algún artículo, recomiendan primero  conocer algo más sobre dicho elemento. Por tal razón buscamos información y pedimos recomendaciones de quienes ya lo conocen, hasta tanto no nos sintamos convencidos y tengamos con que comprarlo, entonces si lo hacemos. Al menos así actuó yo, eso mismo trato de hacer en mi vida espiritual, lo que oigo o veo, o de lo que otro me habla lo pongo en análisis, lo estudio, lo  analizo desde la palabra de Dios y comparto con otros que saben más que yo, y hasta que Dios no me lo revele, o me la haga entender no me siento satisfecho.  Pues muchas veces creemos a la primera y luego no vemos resultados y entonces nos vamos en contra de quien nos lo dijo, o más grave aún, en contra de Dios, como si Él nos hubiese engañado.

Según la palabra de Dios, primero somos niños y después adultos. Y esto aplica para toda la vida, por lo tanto primero nos enseñan, nos forman, nos alimentan y luego si vamos a aplicar lo aprendido y después ayudamos y enseñamos a otros.  Razón por la cual necesitamos ancianos en las iglesias, gente capacitada para ayudar en la formación del pueblo de Dios.
El señor Jesucristo está muy interesado en su pueblo, en su familia. Por tal razón nos dice:
Mateo 9:35-36. Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.  
Marcos 6:34. Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas.
Dios siente compasión por su pueblo en necesidad y él mismo se encarga de enviar obreros, de llamar y formar pastores, maestros y demás personas para colocarlos al servicio del pueblo, para darles de comer y de beber tanto en lo material como en lo espiritual.  Jesucristo mismo fue uno de ellos nuestro gran maestro y ejemplo a seguir. Dios padre nos lo envió a nosotros a darnos ejemplo y su amor para hacernos aptos.
El Señor del rebano en Dios mismo, a Él es a quien debemos pedirle obreros, y después de que los mande unirnos con ellos para ayudar a su ministerio. Nuestra tarea no es de la hacer pastores, si no la de pedirle al dueño de la mies, al patrón, al jefe.  Cuando en el campo se siembra una labranza, el dueño del terreno o el arrendatario es quien busca quien le ayude a trabajar, y quien paga los jornales, no son los vecinos ni los mismos obreros.  Nosotros como obreros del Señor estamos para servirle a Él, para ser colaboradores en su obra.  Para ayudarle al señor a sacar adelante sus planes.  

1 Corintios 9:7 ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño?
De todo hay en la viña del señor, vemos ovejas a la pata de los asalariados y además los llaman pastores, como si fueran estos los enviados.  Porqué solo están buscando quien les endulce el oído y les pinten pajaritos de oro, para irse con ellos.  Se tiene de todo, como en botica,  muchos ofrecen bendiciones económicas, otros milagros, otros sanación, y así sucesivamente de acuerdo a las necesidades del cliente, como en una campaña electoral. Así consiguen adeptos quienes los patrocinan y después los vemos llorando y hablando mal de los cristianos y lo más grave culpan a Dios de sus desgracias, porque nada de lo prometido se les dio.
Muchos ofrecen solución a todos los problemas de la gente diciéndoles que se entreguen a Dios  y él les dará solución, y esto es cierto siempre y cuando al que se entreguen sea a Jesucristo pero para dejarlo obrar y para obedecerlo, no para que El me solucione mis problemas y yo pueda seguir haciendo lo que me agrada.  Casi nunca le decimos a la gente lo que cuesta seguir a Jesucristo, si no lo que nos dará el a cambio de seguirlo.  Grabe error, por eso hay tanto ocioso en las iglesias esperando que allí les den de comer y para llevar a casa.
Jesucristo dice: Mateo 20:16.  Así, los primeros serán los últimos, y los últimos, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.
Jesucristo conoce muy bien a su pueblo, y sabe de sus necesidades y el mismo en persona nos dice “pidan al dueño de la mies, que envíe obreros”. Ni siquiera el mismo los envía, sino  que nos manda a pedírselos al padre, o al dueño.

Ser pastor es un encargo o una misión dada por Dios, para el beneficio de su pueblo, no una empresa para nuestro beneficio. La razón de que haya iglesias en ruinas es porque allí no hay pastor, uno de verdad, sino que hay comerciantes que compran y venden bienes o servicios.  Hay muchos que defraudan a Cristo, lo hacen quedar mal, porque trasquilan las ovejas y se quedan con la lana, para enriquecerse.
Es tal la falta de discernimiento que a estos asalariados, los siguen y los llaman pastores, maestros o hermanos, o algún nombre parecido a los de Cristo. Necesitamos clamarle al señor por discernimiento para poder ver la diferencia entre el día y la noche, para saber que es de Dios y que es del mundo o la carne.
El Señor Dios, ya hizo su parte, ahora nos toca  nosotros hacer lo nuestro, entregarnos de verdad a Jesucristo y servirle con verdadero sometimiento y humildad, de lo contrario seguiremos sin ver l gloria de Dios en nuestras vidas. La iglesia de Cristo en espiritual no carnal, esta se conforma por personas rendidas a Él, obedientes a su palabra y fieles a su llamado.   

Juan 1:12 nos dice: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.  13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón sino de Dios.
También nos dice: Lucas 8:21. Él entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la ponen en práctica. O los que hacen la voluntad de mi padre.
Mateo 18:20. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.    
Esta es la verdadera familia de Jesucristo, la iglesia de Dios, la que Dios padre forma a través y Jesucristo y nosotros los que hacemos la voluntad del padre, no solo del que lo nombra o asiste a un lugar llamado iglesia.

Efesios 4:7 y 11 al 13.  7 Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, 12 a fin de capacitar al *pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. 13 De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una *humanidad *perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.

El pastor predica el evangelio de Jesucristo, o la palabra de Dios, Siempre dice la verdad, bendice y busca a las ovejas perdidas en el mundo, no en otros corrales, conquista almas para Cristo, no para sí, como David, arrebata de las garras del lobo las ovejas que se quería comer. Se las saca de las fauces del devorador, se para en la brecha para interceder por las almas perdidas sin pensar en cuantas llegarán a su toldo.  Ezequiel 22:30 “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.
Podemos ver por las calles, puerta a puerta gentes buscando adeptos para sus iglesias diciendo que allí si hay salvación y muchas veces dicen que donde uno asiste no la hay, o que allá no está el Espíritu de Dios. ¿En que palabra se habla esto,  En cual biblia dan el nombre de esa iglesia, acaso Jesucristo  fundó alguna?
Él nos dijo en:

Hechos 4:12.   Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro Nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Jesucristo.
Juan 3:16.  “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
Juan 4:21-24. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

1 Juan 5:12.  El que tiene al hijo, tiene la vida; el que no tiene al hijo de Dios no tiene la vida”
Juan 14:6.   Jesús dijo: yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al padre, sino por mi”

1 Timoteo 2:5. “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios, y los hombres, Jesucristo hombre”

Hermanos, Jesucristo es el verdadero pastor, a Él es a quien debemos seguir y obedecer de todo corazón.  Somos hermanos en Cristo y nos amamos y respetamos, nos ayudamos y servimos. Cada uno haga lo que Dios le ha encomendado hacer. 

Sobre lo que crees.

Lo que se puede saber de la biblia se remonta a miles de años atrás. Jesucristo es el personaje central de la historia bíblica, su vida y ...